Limpiado y reparando sillas.

Buenas noches estimados lectores de where-in, hoy hablaré de mi día de trabajo, sin más que decir empecemos.

Hoy me despierto por el ruido de la alarma anunciando que tengo que levantarme o no se va a callar, a si que me levanté y la apague. Como todas las mañanas hice mi rutina diaria: fui al baño, puse a calentar unas arepas, me cambio de ropa, desayuno y relleno la que voy a llevar para almorzar, reviso que llevo todos, les pedí la bendición a mis padres y me voy a trabajar.

Llegué casi a las 8 ya que me fui lento por qué había mucha agua en la calle, llegué y estaba Harrison esperándome para el salir a buscar a Yamima la jefa, mientras el salía yo quite el polvo de sillas y mesas, barri el negocio y me senté a usar el celular a esperar que venga.

Al llegar Harrison se bajó Yamima del auto para luego Harrison y yo salimos a buscar unas sillas que pagaron por respararlas. Llegamos rápidamente ya que era cerca y montamos todas las sillas e irnos al negocio a resparlas.

Nos bajamos y bajamos las sillas, de inmediato les quitamos las ruedas dañadas para ponerles unas buenas, quitamos el espaldar de una de ellas para soldar le algo que se dañó y me puse a limpiarlas todas con espuma de jabón.

Haciendo todo eso y usando el celular se hizo rápidamente la hora de almorzar a si que saque mis arepas con queso para almorzar.

Más tarde después de almorzar me puse a lijar el óxido de una de las sillas más pequeñas y lavarla bien con espuma de jabón, después de terminar con el jabon la limpie con una trapo seco y la dejé para que el sol hiciera el resto.

El tiempo restante me la pasé usando el celular y limpiando algunos posa brazos que habían traído, pronto se hizo la hora de irnos y Harrison me dio un empujón hasta la 54 con Pedro León y de hay me fui a casa.

Gracias por leer este corto post, espero que les haya gustado mi anécdota del trabajo, sin más que decir me despido con un abrazo sicológico hasta la próxima vez CHAO.

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