Visita al Ávila, un feliz recuerdo TBT …

¡Hola amigos del Topfamily! Me alegra mucho saludarles desde esta casa, esta comunidad, que nos ofrece un gran espacio para seguir disfrutando de las valiosas publicaciones de la gran familia que, estoy segura, seguirá creciendo y fortaleciendo.

Y, para iniciar mis pasos en esta comunidad, les traigo en este día de TBT’s uno de mis gratos recuerdos de las vacaciones disfrutadas, en compañía de mi familia, en la ciudad de Caracas. En esa ocasión me reuní con mi hermana mayor, Carmen, su esposo y su hija menor en esa gran ciudad para disfrutar de un par de días y continuar, posteriormente, nuestro viaje a mi amada ciudad de Mérida, donde ellos viven.

Si mal no recuerdo, corría el año 2011 y mi sobrina terminaba sus pasantías en una institución gubernamental en Caracas, requisito último para optar a su título de Economista y sus padres se habían traslado a la capital para ayudarle con su regreso a casa. Aprovechando la oportunidad y lo cercano que se encontraban, decidimos que me trasladara a dicha ciudad para, desde allí, continuar el viaje hasta Mérida donde pasaría parte de mis vacaciones.

Me fui dos días antes de la salida a la Ciudad de los Caballeros para deleitarme con fresco clima de Caracas y visitar alguno de los diversos lugares de interés que ofrece la ciudad. Escogimos visitar y pasar el día en la cumbre del imponente Cerro Ávila.

Nos dirigimos, desde tempranas horas de la mañana, a la estación del Teleférico del Ávila, rebautizado como Teleférico Warairarepano, que utilizaríamos como medio de transporte para subir al Ávila. Luego de sortear las largas colas de personas que nos encontrábamos comprando los tickets para utilizar el servicio del teleférico, nos dispusimos a esperar, con mucha ansiedad por subirnos al funicular que definitivamente nos llevaría a la cima del cerro.

Tanto al subir como al bajar, tuvimos un viaje tranquilo que transcurrió rápidamente no sólo porque el recorrido es relativamente corto si no que, además, estábamos disfrutando muchísimo del paseo, observando la ciudad y los paisajes a los que teníamos a nuestra vista mientras realizábamos el ascenso. Por supuesto, me dispuse a registrar, fotográficamente hablando, algunos momentos de esta plácida travesía.

Hoy, quiero mostrarles, parte las imágenes que pude capturar es este acercamiento al Cerro Ávila, desde ese balcón en el cual se transformó el funicular, que quedaron grabadas en mi memoria y a las cuales recurro cuando los deseos por regresar me invaden y, entonces recuerdo también que, por el momento, tengo que esperar a que las circunstancias sean mejores para repetir la experiencia y alimentarme con otros momentos felizmente vividos al lado de mi gente amada.

Espero las disfruten tanto como las disfruté al capturarlas y espero, que en otra publicación, les pueda compartir alguna otra imagen de mi visita al Ávila. Por el momento … ¡Feliz día!