El gato de infarto

La tarde ya está cayendo
en la playa de los mulatos
y con la luna que va apareciendo
empiezan a salir los gatos.

El maullido de los felinos
parece cantar de espanto,
que al ritmo de cada ola
se funden en un arrebato.

Sus huellas quedan cubiertas
por el viento que va en su paso
arrasando con la arena
el pelaje de aquellos gatos.

Un gato rompe la fila
y parece desafiante al tacto,
con sus patas muestra sus garras,
cual espada de un emirato.

De un salto llega a la palmera
quedando como un garabato
buscando al culpable del viento,
pero todo se nota intacto.

De la palmera cayó un coco
sobre la testa del pobre gato
quien aturdido quedó en la arena
adolorido por el maltrato.

Alucinando por lo ocurrido
creyó ver a un perro ñato.
Su corazón se le aceleró
como si fuera a tener un infarto.

Sus compañeros le maullaron
pero aún estaba medio cegato
demostrando con su actitud
que era un gato medio novato.

Cuando de nuevo entró en sí,
notando su cuerpo intacto
maulló con fuerte alarido
en tono de tenor moderato.

La brisa ya se ha marchado
y con ello aquel mal rato
que pasaron los bellos felinos
por el viento cruel mojigato.

Desde ahora este felino
no actuará por arrebato
seguirá con sus compañeros
pero en fila de anonimato.