Que bonito es siempre poder viajar al pasado a través de las fotos, es algo que no me canso de decirlo porque lo disfruto muchísimo. Sin exagerar puedo pasar horas viendo fotografías y en ese momento el tiempo para mí se detiene, poder ver y revivir nuevamente momentos con la familia y amigos es realmente algo único en el mundo.

En mi pueblo donde viven mis padres en el estado Guárico, el día 30 de diciembre del año 2011 fue el bautizo de mi sobrina Camila. Desde las 7 de la mañana estábamos todos en la iglesia bien tempranito, mis papás, hermanos, sobrinos, mi esposo, mis hijas y yo; revisando mi computador encontré estas fotos llenas de ternura, en primer lugar una de mi mamá cargando a mi pequeña Sofía quien tenía un año de edad en ese entonces.

Recuerdo que estaban allí afuera de la iglesia y mi mamá la cargaba tratando de distraerla porque el padre-Sacerdote, llego tarde ese día. Ya mis sobrinos y mis hijas estaban inquietas, sin exagerar el bautizo comenzó supertarde.

La siguiente foto es Sofía caminando por allí, explorando todo como decía yo. En este tipo de eventos uno no se puede quejar de los niños, pues ellos se fastidian muy rápido por eso trate de tenerla la mayor parte del tiempo afuera de la iglesia y no adentro obligada sentada.

La última foto que les comparto soy yo con mis dos pequeñas damitas, Victoria y Sofía. Ya había terminado todo y aprovechamos de tomar fotos adentro de la iglesia, allí con el nacimiento.

Estos son los recuerdos que yo atesoro con el alma, principalmente porque mis hijas al verse tan chiquitas en esas fotos, me agradecen por guardar esos momentos y mostrárselos. De verdad tiene un valor especial.