Definitivamente, el tiempo avanza y no se detiene, lo importante es disfrutar el camino. Así ha sido mi vida desde que soy mamá, estar presente en cada cambio, momento y crecimiento de mis hijas; tratando siempre de no perderme nada, lo bueno de las fotografías es que nos permiten recordar y volver a vivir esos instantes tan mágicos, genuinos y divertidos.

Mi hija mayor Victoria hace dos días cumplió 15 años de edad y más que nunca empece a buscar cuanto, CD y carpetas digitales donde tengo guardadas miles de fotos de ella, sobre todo en su primer año. Las emociones no se hicieron esperar y sí llore y llore sin parar, hay tantos recuerdos hermosos, graciosos e inolvidables.

Lo más bonito es que no las vi sola, sino con ella y su hermanita, también lloraron, pero de la misma manera disfrutaron entre risas verse así de chiquita, en el pasado las personas tenían sus álbumes familiares impresos, ahora en este mundo tecnológico la mayoría las tenemos en los teléfonos o en las computadoras. Aunque yo tengo algunos porque hay momentos como bautizo, primera comunión, promoción de colegio y cumpleaños que imprimo algunas fotos para poner en porta retratos y tener mis álbumes.

Hoy mi niña ya tiene 15 años, allí en esa foto que les comparto apenas tenía 1 añito, ambas inmensamente llenas de alegría y felicidad, aunque eso no ha cambiado, seguimos más unidas que nunca y muy feliz.