Volvió a correr la semana y estamos otra vez en el día JUEVES de compartir recuerdos. Invito a los amigos @enrisanti, @blanca56 y @dt720.

La fotografía que hoy comparto es muy significativa para mi porque, como madre de niños con autismo, es motivo de felicidad cuando éstos comparten de manera genuina con sus hermanos, amigos y familiares. Regularmente se dice que ellos viven en su propio mundo, que se relacionan muy poco y no se dan cuenta de lo que está pasando a su alrededor, pero desde que se nos dio el diagnóstico, en casa nos propusimos que eso no sería parte de su realidad.

En la imagen ellos tienen 8 años y ese día salimos a comer helados. Su hermana mayor, desde que nacieron siempre había visto por ellos y se encargaba de que no se retrajeran sino que en todo momento los incluía, al igual que los demás miembros de la familia, en las actividades que los mantenían con nosotros. Ellos lograban hacerla reír con sus ocurrencias y ella los consentía, porque para ella eran sus bebés.

Continuando con el relato, desde hacía dos o tres días antes les habíamos dicho a los gemelos que iríamos a comer helados, si ellos se portaban bien y hacían sus deberes sin llorar y a buen tiempo; y como era de esperarse, ellos estaban muy pendientes de esa salida. Al concluir cada tarea preguntaban si la habían hecho bien y no perdían oportunidad para preguntarme acerca de su comportamiento y apenas les respondía que lo estaban haciendo bien, ellos me decían ¿vamos por los helados con Andrea, no? y les decía por supuesto.

Siempre nos hemos mantenido optimistas y positivos ante esta situación. Tratando de que ellos se sientan amados y comprendidos. La tarea no ha sido fácil, pero estoy segura de que en el seno del hogar y con el amor de todos quienes estamos a su alrededor, ellos seguirán avanzando en su aprendizaje y en la vida. No nos daremos por vencidos. Seguiremos adelante para que esa sonrisa se mantenga en sus caritas!