Saludos a todos los que hacen vida en esta comunidad. Estoy feliz de poder participar en este concurso que promueve el talentoso @yancar, en el que nos convoca a hablar del sentimiento más hermoso que existe sobre la faz de la tierra: El amor.

Este almanaque me lo regaló el que era mi novio en el año 1991. Él lleva por nombre Luis Francisco, y le decimos Guicho. Yo lo conocí cuando, apenas tenía 6 años, ya que ambos estudiábamos kínder. Desde ese momento, logramos conectarnos de una manera particular. Fue mi primer amor, sin duda alguna. Pero éramos niños, así que nuestras muestras de afecto se cifraban en compartir las meriendas en el receso y en recibir apoyo uno del otro para realizar algunas actividades en clase. Así, aprendimos a apoyarnos, y a desear lo mejor para cada uno de nosotros.

Luego del kínder volvimos a estudiar juntos en cuarto grado, yo tenía 10 años; y él 11. Ya la relación era de amor-odio. Él era alto y fuerte; y yo muy pequeña de estatura; entonces él no quería que yo jugara en el receso para que no me cayera; y eso me fastidiaba. Así fui dejando de quererlo, jajaja. OJO: En toda esa etapa de estudio, jamás nos hicimos novios. Claro, éramos unos niños.

Salimos de la escuela y estudiamos bachillerato en el mismo liceo, pero no en la misma sección. Él me seguía para todos lados, y se ponía intenso diciéndome lo que debía hacer. Eso me fastidiaba. Cuando cumplí 13 años me hice novia de un chico que tenía 16 años. Eso hizo que Guicho se deprimiera mucho. A mí a decir verdad, no me importaba lo que él sintiera, jajaja. Esto motivó a que me dedicara la canción "Amar y querer", de Rudy Márque. Él decía que me amaba; y que yo solo lo quería.

Yo duré con mi primer novio tres años. Así que cuando tenía 16, la relación se terminó; ¿y saben qué? me hice novia de Guicho.

Para el momento en que nos hicimos novios, ambos estábamos saliendo de bachillerato, y habíamos sido seleccionados para estudiar carreras universitarias en ciudades distintas. Yo en Cumaná; él en Puerto Ordaz. Nos fuimos con la promesa de estudiar, graduarnos y casarnos. Pero los planes fallaron, la distancia afectó la relación. Para ese entonces tener un teléfono celular (raspa hielo) era todo un lujo, de modo que casi no nos comunicábamos.

Yo me enamoré luego de otra persona; y él también hizo lo mismo. Nunca terminamos la relación formalmente, y comenzamos a andar sendas distintas.

Hoy, casualmente, cumplo 29 años de estar en una relación con mi marido, Carlos Acosta, y estoy feliz de tenerlo a mi lado.

Ahora regresé a mi pueblo, Carúpano, y veo a Guicho en la vía, todos los días. Nos miramos con cariño, él dice que yo fui su primer amor; yo digo lo mismo. Un amor, cuyo recuerdo más lindo es el de la infancia; ese que era la razón de la sin razón. Por eso no dudo en afirmar que lo que uno vive de niño, jamás lo olvida.

Gracias por leerme.

Invito a @yola1, @mariami y @mayberling. Aquí la información