Unas palabras para... El carnaval de mis recuerdos

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Los carnavales que siempre recuerdo son los de Carúpano, aun cuando hace más de veinte años que me encuentro lejos de esa ciudad. No podía ser de otra manera, ya que tales festividades representaban una eufórica alegría que comenzaba desde los primeros días del mes de enero y culminaba con las tradicionales "octavitas"; es decir, otras celebraciones que se llevaban a cabo ocho días después de finalizado el carnaval para reiterarnos que somos capaces de alargar las fiestas, a pesar de lo que diga el calendario.

En aquellos tiempos, y ahora creo que es igual, desde mucho antes de los propios días carnavalescos comenzaban las verbenas bailables en los distintos sectores de la ciudad y en casi todos los pueblos circunvecinos. La finalidad de estos saraos, además de la diversión, era recolectar recursos económicos para financiar las comparsas o las carrozas que saldrían a desfilar a lo largo de la avenida Juncal y para llevar a cabo la escogencia de una candidata que después competiría en el gran certamen donde se elegiría a la Reina del Carnaval Internacional de Carúpano.

Las escuelas, las instituciones públicas, las distintas asociaciones de residentes extranjeros, los comerciantes, casi todos los habitantes de Carúpano y sus alrededores se inmiscuían activamente en la preparación de estas tradicionales festividades. Cuando finalmente llegaba el ansiado sábado de carnaval se daba inicio formalmente a cuatro días continuos de un jolgorio imparable que se expandía por toda la ciudad, aunque su mayor efervescencia se concentraba en la ya mencionada avenida Juncal.

El carnaval en Carúpano siempre estuvo asociado a música para bailar, a disfraces, comparsas, carrozas, comida, bebida, vendedores de todo tipo…pero jamás y nunca se jugó con agua ni a nadie se embadurnaba con pintura o se le agredía lanzándole cualquier sustancia prohibida. Para los oriundos de la zona y todos los que llegaban de visita, estas festividades eran para dedicarse a disfrutar sin muchas preocupaciones.

Cada día, desde el principio hasta el final de la calle por donde pasarían las comparsas y carrozas, un número incalculable de personas se apostaba en las aceras esperando el desfile para admirar el colorido y dinámico espectáculo que emergía de la inagotable creatividad de los carupaneros. Después, cuando el desfile culminaba, niños jóvenes y viejos se disponían a bailar, invadidos por un inusitado entusiasmo, con la música de los grupos musicales que recorrían la avenida con la expresa intención de divertir a la gente.

Los que por cualquier motivo no se animaban a mover el esqueleto de dirigían a la Concha Acústica, donde siempre había la presentación de programas culturales o podían admirar de cerca los deslumbrantes fuegos artificiales, una maravillosa profusión de luces en el cielo que, además de su espectacularidad, dibujaban figuras y palabras en el firmamento. Todo esto y mucho más se podía disfrutar en ese ayer que refiero y, seguramente, en este hoy que nos sigue convocando a los Carnavales de Carúpano.

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Invito a los amigos:
@marijoluna,
@sol02 y
@sabrip

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_{Nota: Todas las imágenes pertenecen al autor y fueron tomadas con una cámara Sony, modelo: DSC-W180.}