SEC-S16W4 | Viajar a otro planeta

Me encanta viajar, ya conté mi viaje en grupo y el que tengo entre mis sueños poder realizar algún día.

A través de esta iniciativa de la comunidad Traveling Steem seguimos viajando a los lugares más insospechados y tenemos esta ventana para contarlo.

Invito a participar siguiendo este enlace a: @esthersanchez, @silviadiez y @marcybetancourt

🍥🍥🍥

Dentro de nosotros siempre hay una chispa de fantasía y en alguna ocasión nuestra imaginación nos ha llevado más allá hasta los límites inimaginables donde las cosas no ocurren como aquí y entonces es donde podemos vivir en otras vidas y otros mundos.

Hoy los quiero invitar a otro planeta, se llama Lunavela y logré visitarlo una vez.

Fuente

Todo sucedió porque así tenía que ser. Ocurrió en una reunión secreta que tuvo mi hermano con Elon Musk y otros personajes de diversos ámbitos, como tecnológicos, espaciales, capitalistas, médicos, biológicos y éticos. Por razones obvias no invitaron a nadie del ámbito comunicacional.

No me agrada confesarlo, pero mi hermano es como si fuera el primo de Elon, se llevan superbién y siempre van juntos a todas partes.

Cuando decidieron emprender el viaje a Lunavela para experimentar otras galaxias desconocidas y me hablaron de la posibilidad de ir y volver, en poco tiempo le pedí a mi hermano que hiciera lo posible para que me dejaran ir.

Fuente

Los preparativos fueron ultrarrápidos, en una semana ya estaba todo coordinado, el personal había estado recibiendo entrenamientos y yo iría en calidad de exploradora para estudiar el ecosistema de Lunavela.

Fuente

Debíamos actuar con mucha celeridad, pues en ese planeta coincidían dos lunas y a veces ocurrían fenómenos inesperados.

Por tratarse de otra galaxia, el viaje se haría desde las burbujas marinas para acelerar la travesía. En unos dos días podríamos estar presenciando el paisaje de Lunavela.

Lo más impactante fue a la llegada, las burbujas explotaban y cada uno de nosotros sufría un impacto lumínico por el paisaje rosa que se percibía. La vegetación, los reflejos de luz, las lunas, todo tenía visos color rosa que hacían pensar que todo era bueno, pacífico y hermoso.

Ambas Lunas, “vela” y “luna” se complementaban, pero de vez en cuando por algún desequilibrio desconocido hacía que todo el planeta entrara en tensión y entonces había que huir de inmediato para no sucumbir ante las lunas.

Fuente

Mientras estuve allí sentí armonía y paz, el viento era musical y el mar parecía seguir el ritmo con lentos oleajes.

Después de hacer nuestro trabajo y tomar las muestras que llevaríamos a nuestro regreso a la tierra, comenzamos a organizar todo para nuestra partida.

Un aire frío comenzó a girar haciendo remolinos y los biólogos alertaron que estaba por ocurrir un fenómeno en Lunavela.

Fuente

Nos ubicamos en nuestras burbujas con las muestras, aferrados y sin querer apartar la mirada de aquello que estaba por ocurrir tan distinto y fascinante.

Fuente

Un fuerte ruido se escuchó al coincidir las dos lunas sobre el horizonte del mar, chispas, rayos, luces, bucles y rizos se elevaban hacia ellas.

La explosión que nos apartó del planeta duró un nanosegundo y luego vino la oscuridad.
Cuando desperté estaba en el laboratorio, todos habíamos sobrevivido y esperaban que despertásemos para explicar qué había sucedido.

Vagos recuerdos de un hermoso paraíso quedaron en mi memoria, y una marca permanente en mis ojos y los de los demás tripulantes.

El planeta rosa, grabo su marca para la historia en nuestra mirada y desde allí estudiarían su futuro y a nosotros nos identificaría de por vida como los exploradores de Lunavela

Fuente