Mi apreciado amigo, @carmencitast me invitó a este emotivo concurso que promueve la #comunidadlatina, y que está coordinado por @fendit. Se trata de escribirle una carta al niño que fuimos a los cinco años. Ahorita tengo 48. Esta es una de las pocas fotos que conservo de niña. Me la tomaron a propósito de mi bautizo. La foto está bastante dañada, pero qué más da, el tiempo no perdona:

¿Me recuerdas tú a mí o yo a ti? Creo que mejor yo a ti. Te veo y siento las mismas emociones del 22 de diciembre del año 1978 en que pasaste toda la noche en vela, porque el 23 te bautizarían en la iglesia grande. Para ese acto la madrina Marina Pico había venido de la isla de Margarita cargando con un vestido rosado de princesa para que lo estrenaras. El padrino era el tío-abuelo que siempre te consintió a pesar de su mal genio.

Era la primera vez que te ponían un vestido y cuando girabas se abría como una sombrilla y te hacía sentir como La Cenicienta tocada por la varita mágica del hada madrina.

Los dientes habían firmando contrato con el Ratón Pérez; y comenzaron a irse uno a uno a cambio de un bolívar debajo de la almohada. Te reías para que vieran que habías logrado amasar una atractiva ganancia con la que comprar dulces en la bodega del Señor Chuito o en "La española".

Así aprendiste a no tener complejos por nada. A reír ancho, incluso estando sola. Te acostumbraste a hablar con tus pensamientos, a regañarte cuando algo no salía cómo deseabas, a controlar a "tus demonios" cuando los adultos te reprochaban por algo que hiciste o dejaste de hacer. Así te fueron moldeando para que hicieras las cosas como dicen los grandes que se deben hacer.

En las noches soñabas con ir a la escuela como lo hacía tu hermana Rosita, y correr sin que te agarraran de la mano. También te querías maquillar y ponerte tacones altos como tus hermanas Yolanda y Agustina. Las veías salir a pasear con los muchachos y querías sentarte bajo la luz del farol a escuchar esos cuentos que terminaban en abrazos.

¿Te acuerdas que te morías por rallar las paredes de la casa? No hay dudas, ya tenías el deseo de expresarte a través de la escritura, de demostrarle a todos que te gustaba contar.

También tenías muchas ganas de ser peluquera, entonces te metiste debajo de la mesa del comedor, y agarraste una tijera para cortarte la pollina.

Los mandados a la bodega lo hacías a millón para demostrar tu fortaleza atlética, y así ganarte la confianza y el cariño de mamá. Escuchabas a papá saludar con cariño a todo el mundo, y te aprendiste los nombres de toda la gente mayor del barrio para salir en las mañanas a saludar como si te hubieses lanzado a candidata presidencial. Así comenzaste a ser popular en la calle, todo el mundo te quería, y decían que eras una niña muy educada. Eso te hacía sentir bien. Aprendiste que la cordialidad y la buena educación abre todas las puertas cerradas. Así fuiste feliz.

Siempre has creído que la maldad existe, pero que ella se aleja de ti. Y haciendo un balance de esta filosofía de vida, no hay motivos para pensar lo contrario. Siempre buscaste el lado bueno de la vida y le huyes al miedo, porque te paraliza.

Este encuentro mío contigo, o tuyo conmigo me ha hecho bien, porque acá entre nos, seguimos siendo iguales, aunque con unos cuantos años de diferencia. Ya no corro rápido; cuando trato de hacerlo me canso y tengo que parar. Mi lista de amigos ha aumentado considerablemente, pero conservo a mis amigos de siempre, y cada encuentro con ellos es una fiesta:

_{Con mis amigos de infancia}

Ella es mi niña o yo de ella. Ambas crecimos juntas; es mi confidente y mi amiga. Es un reflejo de lo que soy.

Invito a participar en este concurso a @rosita1, @yola1, @marcybetancourt.

Si deseas unirte al concurso, aquí la información.

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