Ciudad desgarrada

Es paradójico ver un país que a nivel mundial, se sabe en caos por la falta de energía eléctrica en muchos Estados, resulta incongruente encontrarnos con un despliegue de hermosas lucecitas navideñas, alumbrando al Río Guaire en Caracas cada noche desde Diciembre 2019 y que aún ahora, a finales del mes de junio 2020, continúan encendidas todas las noches, como si el problema energético, estuviese ocurriendo en otro país y no en Venezuela, ante la carencia del servicio y en muchos Estados, su ausencia absoluta durante la mayor parte del día. Sin mencionar, por supuesto, ante la indolencia de sus Gobernantes.

Aunado a ello, la falta de suministro del vital líquido, las muchas empresas que fueron pilar fundamental en materia de alimentación y suministros básicos que han sido expropiadas, quebradas por falta de divisas, la escasez de medicinas básicas y cuando las logras conseguir, los precios de las mismas, son tan excesivamente elevados, que a una persona con un salario mínimo equivalente a $2 (si, leíste bien, "dos dólares mensuales") se le hace imposible costear. Además de ello, quién sabe cuántos "etcéteras" se suman a la lista, ocasionando sinsabores en el pueblo venezolano.

¿Que es una vista hermosa y resulta relajante? Si. Pero ¿necesaria? Definitivamente, no.

Tenemos el Internet más lento de Latinoamérica, nos arrebataron la señal de DirecTv, nos llega el agua una vez por semana (si tenemos suerte), quitan la luz a cada rato, la Universidad Central de Venezuela, declarada "Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad" por la UNESCO en el año 2000, hoy viva la mayor indolencia de su existencia, ante el derrumbamiento de uno de los techos de los pasillos, frente a la conocida área tanto para los estudiantes, como para egresados del recinto, como "Tierra de Nadie".

Por otro lado, la burla del principal mandatario nacional, quien recomienda (a raíz del cierre de la señal de DirecTv), ver películas y series en Netflix, para luego reír y decir "Ah, cierto! Hay muchos que no pueden pagar ese servicio". Y seguir como si nada, recomendando series que el disfruta en casa, junto a su esposa.

En fin, la idea de este post no es enfrascarme en lo negativo o la problemática del país, sino invitarlos a seguir apostando por Venezuela. Tenemos el mejor clima del mundo, playas hermosas, imponentes montañas, cascadas y desierto. Pueblos pintorescos ricos en historia, donde la gente aún se ríe de sus propias desgracias. Lastimosamente, son temas que hasta para el más indolente, no escapan del tema principal de conversación en cada familia venezolana.

Sé que son tiempos difíciles a nivel mundial y en nuestro país quizás lo sea un poco más, dada la cantidad de puntos en contra que tenemos para salir adelante. La mayoría de nosotros, el ciudadano de a pie, la clase trabajadora aún tiene esperanzas de que todo cambie.

Quizás el haber dejado estas luces encendidas, se trate de alguna manera, de traer bálsamo a nuestros ojos cansados de tanto llorar, de llevar un poco de tranquilidad a esos corazones tristes antes de llegar a sus hogares. Realmente no lo sé.

Lo que sí sé es que la mayoría de nosotros, somos gente buena, noble y trabajadora. Que aún a pesar de las vicisitudes del día a día, siempre tenemos una sonrisa en nuestro rostro, tratamos de ayudar a quien lo necesite y compartimos lo que poco que podamos tener en nuestra mesa. Que nos reímos, así tengamos más razones para llorar.

Tengo la firme convicción de que esto no será para siempre, de que nuestros hijos tendrán un mejor país, ese país que merecemos todos.