Esta es mi primera participación en esta bella comunidad, a la cual me ha invitado a este creativo concurso la amiga @fariasrouse, y es precisamente en Concursos Cotina: Historias inspiradas en Navidad semana 20, donde se ponen de manifiesto los sentimientos más sublimes que puede sentir el ser humano, como lo es el amor en estos días venideros de la navidad.

Sin hacer más preámbulos doy inicio a mi Historia de Navidad:

Había una vez, en un bosque muy alejado de la Ciudad, vivía Sophía, con su hermanita Emily y sus amorosos padres Juan y Julia.

Era una familia muy pobre, pero rica en amor y valores. Siempre trataban de ver el lado positivo de las cosas e inculcarles a sus pequeñas hijas lo importante que era compartir y amar al prójimo.

Como no tenían la oportunidad de comprarle a sus hijas juguetes en la navidad, su madre sentía mucho dolor en su corazón, pues sabía la ilusión que esta alegría causaría a sus niñas. Desde que estaban muy chiquitas, sus padres le hacían muñecas de madera y de trapo y con retazos de tela, se las ingeniaban para confeccionarle ropitas para que sus niñas jugaran y se entretuviesen…

Cuando ya se acerba el día de navidad, tuvieron una visita muy inesperada, una hermosa mujer, que, aunque era muy viejita, aún conservaba rasgos de belleza y elegancia, vestía con harapos y se veía en su rostro signos de cansancio, presumiblemente por el extenuante viaje que pudo haber hecho, hasta llegar a la casita del bosque…

Cuando la familia vio a la anciana, no dudó en acogerlos en su hogar, y aunque no tenían muchos alimentos que ofrecerles, le prepararon una sopita y se la dieron bien calentita, le ofrecieron usar su baño y le consiguieron una bata muy cómoda que la mamá Julia la tenía guardada para una ocasión especial, aun así, prefirió regalársela a la anciana.

Esa noche, no le permitieron a la anciana irse, y le prepararon un lugarcito para que descansara. Cuando la anciana despertó, ya más animada, se encontró que tenía a las niñas al lado de ella, observándola y haciéndole compañía. Jugaron con ella, y la llamaban abuelita; estaban muy contentas con sus historias y canciones. No querían que se fuera de su hogar, la abuelita se dedicó ese día a complacer a las niñas con sus historias y a hablarles del nacimiento del niño Dios, que era el regalo más grandioso que ha recibido la humanidad…

Cuando ya era 24 de diciembre, tocaron nuevamente, era una pareja muy distinguida que estaba buscando a la anciana, pues tenía días desaparecida y no habían dado con su paradero... Las niñas estaban muy tristes porque la alegría de tener una abuelita en su hogar ya había llegado a su final. No obstante, tanto la pareja, como la anciana les aseguraron que, desde ese día, todos los fines de semana los visitarían y en retribución de la hospitalidad y el amor que le habían brindado a la linda abuelita, ellos desde ahora los consideraban como parte de su familia.

La abuelita no quiso que se la llevaran ese día, pues quería pasar la navidad con esta hermosa familia, por lo que la pareja organizó una rica cena, la más espectacular que pudieron ofrecerle a su nueva familia, adornaron la casa muy linda, para las niñas, con motivos navideños y en un lugar especial, colocaron un bello nacimiento, donde alrededor de este le cantaron y agradecieron al niño Dios por este hermoso regalo, que para ellos era una verdadera bendición. La anciana, pidió la palabra para decir a todos: “así como el niño Dios, hoy ha nacido en Belén, también ha nacido en seno de esta bella familia y lo acogemos con mucho amor en nuestros corazones”. Las niñas abrieron sus regalos con mucha ilusión y muy cansadas pero felices, por todo lo que habían vivido, las llevaron a sus camitas a descansar.

Una vez más el nacimiento del Niño Jesús, traducido en amor, solidaridad, empatía, desprendimiento se había hecho presente en el seno de esta familia, donde pudieron experimentar la majestuosidad del amor de Dios, el compartir en familia con alegría y esperanza de que Él vino al mundo a enseñarnos a amarnos desinteresadamente y con el corazón.

Desde ahora les deseo a la Familia De la Comunidad Latina que el Amor, la Paz y la Alegría del Niño Dios ilumine sus vidas y sus corazones.

Amigos, espero que les encante mi cuento, tanto como me encantó a mí. Gracias por visitarme y leerme