Conociendo un poco de mi familia, mi abuela CLEMENCIA SISO, "Una Amiga Más"

in Comunidad Latina3 years ago (edited)

6 años han pasado de su partida.

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La Abuela Clemencia.

Clemencia Olimpia Siso Mena… “Una Amiga Más” fue una aguerrida mujer nacida en el pueblo de Upata del Estado Bolívar, Venezuela y quien, motivada por las circunstancias, recorrió media Venezuela en busca de prosperidad para su familia.

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Con la abuela Clemencia un diciembre

Nace el 15 de abril del año 1917, sus padres fueron una humilde pareja conformada por Ramón Siso, y Medarda Mena, quienes tuvieron 8 hijos, 6 hembras, dos varones.

• Candelario
• Estilita
• Medarda
• Ursula
• Isabel
• Clemencia
• Iraide
• Vicente

Su padre fallece dejándolos huérfanos muy pequeños y mi bisabuela, pensando en el futuro de sus hijos toma la decisión de salir del conuco hacia la población de El Callao en el mismo Estado Bolívar.

Mi abuela Clemencia, siendo muy joven se casa con Pablo Lanza, en El Callao, de cuya unión nace su primer hijo, José Aristides Lanza Siso, pasan pocos años y se divorcia y junto a su grupo familiar (hijo y hermanos) sale hacia Ciudad Bolívar, en donde conoce a quien sería su segundo esposo, Juan Bolívar y de él nace su 2do hijo, Juan Solange Siso. Por cosas de la vida, se vuelve a divorciar.

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Mi abuela y mi tío Arístides

Mi abuela Clemencia se convierte en una mujer trabajadora para poder salir adelante con su dos muchachos. Comienza a trabajar los oficios artesanos de la época, elabora dulces criollos (el famoso majarete de mi abuela no tenía competencia), lava ropa, y todo tipo de oficios del hogar a particulares.

Con la llegada del bum petrolero, la abuela Clemencia junto a sus dos hijos y hermanos se mudan hacia el Tigre, Estado Anzoátegui. Su hermano Vicente, aprende el arte de la joyería y es allí donde desarrolla su taller de orfebre; Clemencia pasa a ser una de sus vendedoras de prendas de oro, quien recorría los campos petroleros como Anaco Santomé, Jusepin; tiene un romance con quien sería el padre de su tercer hijo y quien llevó por nombre Teobaldo. Por cuestiones de trabajo, deja al cuidado de sus hermanas a sus hijos para poder obtener el sustento de su familia con lo que lograba de las venta de las prendas; Teobaldo fallece siendo muy niño lo que para ella fue un golpe muy duro para el resto de su vida ya que ella consideraba que fue por su ausencia.

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La abuela

Pero Clemencia no se da por vencida… reunió dinero y montó una bodega. Ya establecido su negocio conoce a Ricardo Vera, con quien se une sentimentalmente y de esa relación nacen 4 hijos más, entre ellos mi mamá Ledys Siso. La mamá de la abuela Clemencia enferma y el grupo familiar buscando salud para su mamá se mudan para Caracas inicialmente, pero poco acostumbrados al frío capitalino se mudan para San juan de los Morros, en el Edo Guárico.

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Clemencia y 3 de sus hijos con Ricardo Vera

La joyería de Vicente también se traslada para esa ciudad y como innovación artesanal encuentran prosperidad convirtiéndose en el principal aporte económico para la familia. Clemencia vende la bodega en el Tigre para trasladarse con su grupo familiar hacia San Juan de los Morros. La abuela Clemencia se dedica a la venta de prendas de oro de El Callao. Con el tiempo Clemencia se muda junto a su esposo e hijos a Acarigua Edo Portuguesa, y abren una bodega, al poco tiempo clemencia se separa de su compañero y regresa nuevamente a San Juan de los Morros, donde decide comenzar una nueva etapa en elaboración de dulces criollos, pasteles, empanadas, para conseguir el sustento de ella y de sus hijos. Con esa situación logra educar a sus hijos a nivel de primaria, técnico y hasta la universidad, lograda la mayoría de edad de sus hijos cada uno se independiza, una vez liberada la responsabilidad de madre y por su avanzada edad regresa a su amada tierra Ciudad Bolívar para reunirse con el núcleo originario de su familia.

Clemencia Olimpo era una mujer de hablar directo, sin rodeos, pero respetuosa. Cuando conocía a alguien siempre se presentaba: "Clemencia Siso, Una Amiga Más" Llegó a conocer a su primera tataranieta, algo que la emocionaba. A pesar de dedicarse a las ventas de manera informal, ella nunca aprendió a leer ni a escribir, sin embargo cuando sus hijos eran pequeños y estudiaban, los hacia repetir las tareas para asegurarse de que si estaban bien realizadas, sus hijos supieron que la mamá no sabía leer cuando ya estaban terminando la primaria.

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Otro diciembre con la abuela

La abuela Clemencia fue dura con sus hijos pero con la llegada de los nietos su carácter cambió… fue alcahueta jajajajajaja, no le gustaba el desorden pero siempre recuerdo cuando la visitábamos en San Juan de Los Morros, durante el carnaval, al regresar la casa luego de alguna diligencia, se aparecía con bolsitas repletas de “bombas para carnaval”, nos divertíamos a montón… el patio de su casa era enorme, con varias matas de mango, mamón, entre tantos arboles. Siempre en las tardes luego de jugar lo suficiente, nos encontrábamos en la cocina con que nos había preparado su delicioso “majarete”, o una suculenta jalea de mango o el carato de mango, también nos deleitaba con sus conservas de coco, los besitos de coco. Creo que la abuela tenía una destreza mágica en esas manos para hacer tan ricos dulces.

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La abuela y dos de los bisniestos

Ya siendo adultos, siempre nos decía: “eche pa’lante”, “compre su casa, no hay nada más maluco que rodar con hijos y no tener casa”, “no se deje levantar la mano por un hombre” nos decía las hembras… y a los varones les decía “no se le ocurra ponerle una mano encima a una mujer” “déjela, pero no le pegue” esa era ella… creo que por eso se divorció 4 veces, no le permitía el maltrato por parte de un hombre.

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Mi abuela con mi tía Empera

En el mes de junio del año 2015 sufre una pequeña caída lo que le ocasiona una fractura a nivel de la cadera izquierda, lo que la obligaba a estar en cama, debido a su avanzada edad era muy complejo realizar una operación para su recuperación. Su estado de ánimo y su salud desmejoró notablemente. A pesar de tener una muy dedicada atención, su cuerpo pasó factura. Llegó el 22 de octubre de ese año, a las 6:00 am, luego de pasar 3 meses en cama, fallece a los 98 años.

Pienso que sufrió estar en esa cama por esos 3 meses, más por el orgullo que por el dolor físico ya que a ella no le gustaba depender de nadie. Sus restos reposan al lado del tres de sus hermanas: Medarda, Iraide, Estilita.
Le encantaba el fororo y la avena caliente con su toque de canela, así que sus desayunos eran acompañados por alguno de esos platos. Para mis primas y para mi, preparar un plato de avena caliente o fororo es traer el recuerdo más sublime de la abuela.

Esta fue mi abuela, a quien quise dedicarle unas líneas a 6 años de su fallecimiento.

Gracias por leerme y permitirme contarle un poco de ella.

Nota: Las fotos fueron tomadas del albúm compartidas en familia

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