Darme cuenta del rechazo que genero en los otros, me hizo encerrarme más en mí mismo. Ni yo mismo deseo mirarme al espejo; contemplar mi imagen me da repulsión de ser así, de verme así.

Desde muy chico soy consciente de mi horrendo aspecto, de mi gran cabeza y mis cortas extremidades. Desde muy chico aprendí a ocultarme, a que la tierra me tragara para no ser visto. Pero eso, ni siquiera es la solución. ¿Cómo hago para vivir con la pesada carga de ser un monstruo? Un ser que aterroriza a las personas, un ser de quien la gente huye.

Ser rechazado e incomprendido han sido las constantes en mi vida. Intento mirar al cielo este me devuelve como respuesta su burla. Imploro por no ser quien soy, y el cielo enmudece, me deja sin respuestas.

¿Qué esperanzas voy a tener? Es imposible convencerlos que solo es mi apariencia. Pero, ya ni yo mismo me creo eso. Soy lo que soy porque ellos me hicieron ser así. Poco a poco ha ido creciendo en mi el deseo de venganza, quiero callarlos, que se detengan en sus burlas. Quiero destruirlos y borrar de sus caras, esas muecas de asco y repulsión que les género. De convertirme en el monstruo al que tanto temen.