—Imaginate, querido Juancito—. En medio de una noche sin luna, te quedas solo en la inmensidad del llano. La oscuridad te rodea, solo te guían los sonidos de los grillos, las lechuzas y de las animas y espectros "desandando"^[3] sin rumbo por la llanura. De pronto a lo lejos comienzas a escuchar un silbido espeluznante y agudo que se te mete hasta los huesos. —Te juro Juan—, que ese es el momento pa´decir, "aquí corro yo", pues tienes al fantasma encima. No lo sabré yo, que me llamo Juan Hilario.

­—Si eso te pasa, juancito—, te encontraste con El Silbón, una espeluznate leyenda venezolana, un espectro que ha aterrorizado a generaciones con su presencia en la oscuridad y las llanuras de Venezuela y su vecina Colombia.

Su aspecto varia según las regiones de la leyenda. En general, se le describe como un hombre "ensombrerao", muy alto y delgado, vestido de harapos, lleva encima una bolsa que contiene huesos de su padre, pero su principal característica es su silbido. perturbador que se escucha a lo lejos. La leyenda cuenta que este espíritu vaga por las llanuras en busca de quienes han cometido actos deshonestos o han sido irrespetuosos con sus padres. Su presencia es un presagio de muerte y desgracia.

Un silbido constante y penetrante, que se dice se puede escuchar a kilómetros de distancia en la noche.Sin una ubicación precisa, y que se pone más peligroso mientras más lejos lo escuches. El Silbón, también conocido como El Silbador, es sin duda uno de los seres más temidos en la cultura venezolana.

El Silbón "desanda" por los llanos venezolanos durante las noches oscuras, en busca de personas para atormentar y castigarlas. Se dice que puede causar enfermedades, desgracias y hasta la muerte a aquellos que se crucen en su camino. Otras versiones dicen más bien que su silbido se acerca más y más a medida que se acerca a su presa.

—Su origen "juancito—, se remonta a la colonia, cuando un hijo malcriado, de una familia rica, le pide algo a su papá y este se lo niega. El malnacido, entra en rabia, mata a su padre, le saca las tripas y se las lleva a su mamá pa´ que las cocine. La madre se da cuenta del parricidio, y lo maldice a "siempre vagar", cargando los huesos de su padre muerto.

En Colombia este fantasma tiene una versión, que se le llama el "Silbón de los Montes", un espectro similar que acecha en los bosques y silba para atraer a sus víctimas.

Estas conexiones entre los espectros de Hispanoamérica demuestran la riqueza y diversidad de las leyendas y mitos en la región. La figura de El Silbón y su relación con la oscuridad y las llanuras reflejan los temores y creencias arraigados en la cultura popular de Venezuela y otros países vecinos. Y por eso querido Juan, entra en la lista de figuras de Halloween.

Y te vuelvo a advertir, "¡no vayas para esa fiesta!", —mira que estamos en mayo— el mes del Silbón.