El Origen de las constelaciones.

Las personas de la antigüedad tuvieron la necesidad de buscar un patrón que les ofreciera cierta seguridad en el momento de predecir la naturaleza, y el cielo les ofreció un patrón bastante complejo, pero recurrente, así pudieron desarrollar la agricultura y distinguir las distintas estaciones.

Esa misma gente no se conformó con predecir las estaciones, las crecidas o las eclipses, empezaron a ver dibujos en las Estrellas y trasladaron sus historias mitologías y dioses a ellas, así el dibujo de una constelación con un personaje determinado adquiría los poderes y características de ese personaje, y si un planeta llegaba a una constelación significaba un conflicto o una interrelación con el personaje o la historia de dicha constelación.

Esto se traducía como el anuncio de un evento que afectaría la tierra o a determinadas personas y esta es la razón por la que de todas las constelaciones que existen las del zodiaco comenzaron a ser muy importantes, ya que al ser las que recibían el paso de los planetas la luna o el sol porque recordemos que astrología aún es geocentrista, comenzaron a tener una importancia fundamental para crear cartas de nacimiento o predecir acontecimientos futuros.

Esto no tiene ningún fundamento, aunque para las gentes de la antigüedad sí que tenía algo de sentido, ya que pensaban que, por ejemplo, si la salida de la estrella sirio coincidía con la crecida del Nilo es porque la estrella y el río estaban relacionados mágicamente de alguna manera, aunque en realidad se trataba solo de una coincidencia una coincidencia buscada, los egipcios necesitaban algo que marcar el inicio de las crecidas y lo encontraron en la salida de esa estrella.

Y aquí nos encontramos con un problema, y es que los astrónomos son seres humanos, y necesitan comer, ropa para vestir y un lugar digno donde vivir, y aunque la astrología resultaba muy fantasiosa, incluso para los sabios de la antigüedad resulta que predecir el destino de un príncipe recién nacido o el resultado de una batalla daba mucho más dinero que hacer calendarios para los campesinos, aunque lo que realmente generaba riqueza era lo segundo.

Por ello hasta el siglo 16, prácticamente todos los astrónomos eran también astrólogos o tenían que hacer encargos relacionados con la adivinación astrológica, y todas las construcciones y edificios para estudiar el universo eran también edificios religiosos con una fuerte “carga mágica”.

Los babilonios fueron los que hace más de 3000 años dividieron el zodíaco en 12 partes y eligieron una constelación para cada una, con el fin de encajarlas con los 12 meses de su calendario, el 12 era un número mágico, la magia 12 meses, 12 constelaciones parecía un plan perfecto, mágico, pero tenía un problema y es que no había 12 constelaciones sino 13, le faltaba la constelación de ofiuco, a pesar de ello prefirieron encajar su esquema en 12 y es entonces cuando nace el Zodiaco de 12 constelaciones que terminó transformándose en los signos del horóscopo de los astrólogos.

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