El regalo perfecto, este título logrará que muchos hablen de distintos regalos, de seguro algunos pensaran en bienes de valor o simplemente objetos de recuerdos emotivos, de alguna forma también son maravillosos aquellos regalos que no representan valor económico, solo sentimental.

Hoy tomando la oportunidad de este concurso quiero referirme a algunos momentos de mi vida que reflejan relajos de vida y en mi experiencia representan los regalos perfectos.

diseño de Gustavo Mory realizado con https://express.adobe.com/es-ES

Esta historia no es de un regalo que recibí, no, es de un regalo que di: Algunos cuantos años antes, existía un chica, ambos nos gustamos desde casi el mismo momento en que nos conocimos, ella trabajaba en una institución distinta a la en que yo trabajaba, pero por ordenes superiores se tenia que hacer un trabajo en conjunto, es así nos conocimos, algunos meses después decidimos hacernos pareja, pero ella vivía en otra ciudad, comenzamos una relación a distancia, por suerte para nosotros nos ordenaban viajar constantemente entre su ciudad y la mía, cuando no nos enviaban de viaje yo me tomaba el tiempo para verla viajando en fin de semana. En un momento de aniversario de relación y coincidiendo casi con su cumpleaños, nos pusimos de acuerdo en pasar una semana juntos en Mérida, para lo cual quise prepararle una recepción especial, algo que no olvidara, es así que alquile una cabaña en la que pasaríamos unos días, al llegar la busque en el aeropuerto, previamente contrate a la administradora del hotel que decoraran la cabaña con el servicio "Luna de Miel" con lo que al llegar ella debía sorprenderse por la decoración y la atención exclusiva. Es claro que hasta ahora con todo lo comentado muchas personas dirán que ese es el regalo perfecto, pues en realidad no, el regalo perfecto es lo que hice luego, dos días después de llegar, ella que tenia planeado subir al "Pico Espejo" la cual es la cúspide de montañosa a la que subes en el teleférico de Mérida, yo planee, al subir llevar algunos alimentos para hacer una caminata, al llegar a la ultima estación del teleférico le pedí que caminemos fuera de la zona turística, llevándola por la ruta o sendero que usan los montañistas para realizar el ascenso al pico bolívar, mi objetivo era hacer la llegar hasta la base del glaciar de Timoncito, este glaciar el bloque de hielo de mayor altura en Venezuela y que se encuentra a casi 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar, donde le tome una foto para su recuerdo, y este fue el regalo perfecto, por cuanto durante años los médicos le dijeron a ella que por tener una condición en su sangre para ella seria imposible llegar a grandes alturas, pero como en mi juventud practique el montañismo quise hacerla sentir capaz de hacer lo que fuera, años después ella tenia su fotografía en su escritorio de oficina y una persona que practicaba montañismo profesional vio la fotografía y reconoció el lugar y le dijo lo asombroso que resultaba que ella hubiera llegado hasta allá, le dijo que solo pocos pueden darse el lujo de tomarse una foto en ese lugar poco accesible par cualquiera.