Concurso Coti-amigo: Semana 9 | 👻 Arte en Halloween🎃 | por @eudisdiaz

Anne estaba fastidiada de la férrea negativa de la abuela a que colocaran espejos en cualquier pared de la casa. Desde niña le había parecido curioso que en su hogar no existiera ni un solo espejo y, ahora lo notaba, ningún objeto reflectante. Pero aquello no le importaba demasiado.

Sin embargo, ahora, a sus quince años, nada le preocupaba más que asegurarse de que se veía perfecta de la cabeza a los pies.

Cuando andaba por la calle con sus amigas, éstas revisaban su cabellera o el estado de sus ropas en los vidrios de las tiendas o de los vehículos junto a los cuales pasaban.

Había comenzado a insistir en torno al tema cuando su madre le dio las razones de la intransigencia de la abuela: su última hija, en un torpe intento de cambiar de lugar un enorme espejo de su habitación, había tropezado y caído encima del espejo. De forma instantáneo había perdido la vida cuando uno de los filosos pedazos de aquel objeto atravesó su garganta dejando su cuerpo separado de su hermosa cabecita de largos cabellos.

─Pero la abuela no tendría por qué saberlo. Lo compramos y lo llevamos directo a mi cuarto a la hora de su siesta.

Anne insistió tanto que su madre no opuso más resistencia.

Al día siguiente, al final de la mañana, salieron sin dar muchas explicaciones y volvieron con el objeto prohibido a media tarde mientras la viejita dormía las horas que sus sueños le robaban por la noche.

Entraron a hurtadillas, llevando un enorme espejo a la habitación de la jovencita. Lo colocaron sobre el piso y lo recargaron sobre la pared. Anne le quitó el envoltorio que le colocaron en la tienda y sonrió de placer mientras se miraba ahí reflejada.

Inquieta por haber ayudado a su hija en su desobediencia, Sandra le indicó:

─Cuidado con olvidar cerrar bien esa puerta. Si tu abuela se entera, se muere… y tu papá nos mata a las dos.

─Tranquila. Este secreto lo llevaremos a la tumba. ─dijo, y abrazó a su madre sin dejar de sonreír de agradecimiento.

Esa noche la tranquilidad se ausentó de sus sueños. A cada instante despertaba pues los ruidos nocturnos, que siempre habían pasado desapercibidos para ella, parecían haber elevado su potencia y hasta la brisa entre las ramas de los árboles se sentía más fuerte.

Miró hacia el espejo y se asustó de ver un reflejo de algo que parecía una ondeante cabellera. "Debe ser la cortina", se dijo buscando calmarse. No obstante, se levantó y cubrió el espejo con una manta.

Volvió a dormirse, pero una fuerte brisa abrió las ventanas y azotó ambas pestañas. La brisa arrancó con su fuerza la manta que cubría el espejo.

Anne cerró la ventana y recogió la manta para volver a ocultar el espejo, pero no pudo hacerlo pues fue presa de una parálisis cuando descubrió que, desde el fondo del cristal, una jovencita de larga cabellera le sonreía tristemente.

El proceso de ilustración consistió en la combinación de dos imágenes: una ilustración a lápiz sobre papel blanco y una fotografía a un espejo que mi hermana tiene guardado en un viejo depósito. Ambos trabajos son de mi autoría. Luego los edité con la opción de “Efectos artísticos” de Power Point y los superpuse.