Mi diario de gratitud / 2025: Un año de expectativas
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Querido diario o, mejor dicho, querido Dios, mi Señor: quería darte las gracias por este día que, aunque no fue una cosa del otro mundo, ha sido un día más, porque, simplemente, eso es bastante. Estar vivo es demasiado, porque la vida no tiene precio, a la vida no se le puede asignar un valor en divisas ni en criptomonedas.
Bueno, en el día de hoy me paré un poco tarde, debido a que es 1° de enero y porque anoche hubo una bullaranga espantosa en mi vecindario de esas que se hacen como para que nadie cierre los ojos hasta el amanecer, claro, a menos que tengas en el buche unas cuantas copas de cualquier bebida espirituosa. Así que, desde antes de las 12 pm hubo una combinación hereje de vallenato, regatón, guarachita y calipso guayanés, junto a una exagerada detonación de petardos.
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Fue una bullaranga terrible, hasta me puse a pensar cómo será la pobre gente inocente que es víctima de bombardeos por allá en Ucrania y en varias localidades del Medio Oriente. Al final me dije a mí mismo: “Es preferible vivir aquí este escándalo del año nuevo que sentirse al borde de la muerte como por allá en esos países”. Y hasta por eso hay que darle gracias a Dios.
Volviendo con lo del día de hoy, lo que hice en la mañana fue practicar una técnica de dibujo a lápiz llamada en inglés “scribbling” o, dicho de otra manera, en español, dibujar con garabatos; lo que consiste en echar rayas curvas por todas partes, tratando de crear formas o patrones.
Dibujo hecho por el autor
Por la tarde lo que hice fue dedicarme a limpiar la estufa (en Venezuela le llamamos cocina), lo cual no fue una tarea fácil, ya que primero es necesario cerrar la llave del gas y luego desconectar la manguera de plástico que va desde la tubería de bronce hasta el tubo de la estufa. Como noté que dicha manguera estaba llega de mugre, me pareció oportuno cambiarla por una nueva. Lo otro que hice fue echarle una limpiada a todo el artefacto, ya que las partes de atrás y de los lados son normalmente de poco acceso y en consecuencia se llenan de grasa mugrienta y pegajosa, un tanto difícil de remover.
Foto de mi propiedad
Lo otro que hice fue echarle agua y jabón tanto a la pared como al piso del espacio donde se aloja la estufa. Pasé trabajo limpiando toda esa mugre, pero me ayudé con una esponja de alambre, una espátula y hasta lija gruesa, y asunto resuelto. Cuando uno finaliza bien una tarea, termina sintiendo cierta paz en el espíritu.
De modo que soy de los que tomo estas fechas como días normales, sin necesidad de volverme loco. A final de cuentas, mañana mismo regresamos a nuestras rutinas.
Gracias, Dios mío, por este día, y te pido humildemente que los días por venir sean maravillosos para todos los venezolanos de a pie. Amén.
Invitación: @elpastor, @dulcem05, @by-aranza
15% para @cotina
Las dos últimas fotos fueron tomadas con un Infinix Hot 11