Concurso Cotina: Esperanza de amor : Hope of Love

Suda se sentó en el banco al atardecer, después de dar cuatro vueltas al parque. Por un breve instante, se perdió en el recuerdo de su difunto marido y olvidó la melancolía de su día; al menos por un momento, una sonrisa perfecta apareció en sus labios.

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Anochecía lentamente, pero ella no tenía ganas de volver a casa. ¿Qué haría después de volver a casa? No le gustaba ver la televisión, como mucho cogería una revista, pero ¿cuánto tiempo podría leer?

Han pasado tantas cosas en estos años. Todos sus sueños se habían hecho añicos, pero el viaje de la vida continuaba.

Suda pensaba: "El tiempo tiene que pasar ya que no hay margen en esto". El mundo solitario, triste y desierto, nunca fue así, pero algunos acontecimientos de su vida la hicieron sentirse muy sola.

No importaba cuánto tiempo pasara allí sentada, nadie iba a preguntarle por qué estaba allí sentada. Siempre se había considerado afortunada por tener un marido como Som, pero cuando éste murió de un infarto hace diez años, Suda sufría de soledad.

No había entusiasmo, ni curiosidad, ni atracción, ni entretenimiento en la monótona rutina de Suda. Un poco de conversación con sus vecinos era todo lo que le quedaba además de leer libros y revistas. Ella era aficionada a la lectura desde siempre. Por eso se había suscrito a la biblioteca construida cerca de casa.

¿Has conocido a alguien a través de una aplicación o de mensajes de móvil?

Así que Suda conoció a este hombre cuando fue a la biblioteca y vio a otra persona que también veía a menudo en el parque.

Suda le oyó hablar de una película con el chico sentado en la recepción. El chico se estaba riendo, Ahora recordó que este hombre también había montado un club de la risa en el parque.

¿Se permitiría a una edad después de los 50 experimentar una relación amorosa?

Aquel hombre debió de encontrar familiar la cara de Suda; al ver a Suda, dijo: "Hola, te vi en el parque por la mañana". ¿También vas por la tarde?

Suda asintió con la cabeza y el hombre se presentó: "Soy Sid; vivo en la sociedad de enfrente de esta calle". Suda también se presentó. Suda le miró sorprendido. Tenía unos cincuenta y cinco años, pero hablaba como un treintañero. Menudo hombre era.

Suda siguió buscando la revista. Sid continuó la conversación: "Hoy en día la gente está menos interesada o no tiene tiempo para leer buena literatura". Suda y Sid se rieron al decir esto.

Suda se despidió de él y se dirigió a su casa. Cuando llegó a casa, se sintió nerviosa como siempre por el silencio que reinaba en la casa. Encendió la televisión.

Se había convertido en una rutina para ella ir al parque por la mañana y por la tarde. A la mañana siguiente, Suda se dirigía al parque cuando Sid se encontró con ella en el camino. Tras saludarla, empezó a caminar con ella. Suda estaba un poco incómoda, pero siguió caminando.

Sid le dijo: "Ahora vete a hacer tu ronda". "Mis amigos me están esperando". Suda sonrió y asintió. En el camino de vuelta, Suda miraba atentamente a Sid. Un rostro sonriente y en perfecta forma: hablaba bien, desde política hasta meteorología, desde ciencia hasta psicología; dominaba tan bien todos los temas que podía hablar de cualquier asunto. Al cabo de un rato, ambos regresaron a sus respectivas casas.

En este momento, ¿en qué piensa para referirse al amor?

Ahora se ha convertido en una rutina diaria. Ambos fueron juntos, ya que a Suda empezó a gustarle su compañía. Hay una extraña comodidad en hablar con gente de tu edad. Los mismos problemas, las mismas alegrías... es agradable compartirlo todo. Sentía que no estaba sola. A veces Sid venía a casa de Suda. Se sentía más cerca de él.

Cuando le preguntaron por la familia, Sid había dicho: "Tuvimos un matrimonio por amor, pero a los seis meses de casados, Rashmi, su mujer, murió en un accidente de tráfico".

Un día, Suda no salió a pasear por la mañana, así que Sid fue directamente a su casa cuando volvía del parque. Suda tenía fiebre. Sid fue a la cocina, buscó los ingredientes por su cuenta, preparó té, trajo dos rebanadas de pan con mantequilla y dijo riendo: "Hoy conocerás mi pericia culinaria". Suda se rió de la forma en que lo dijo. Sid volvió a casa después de medicar a Suda.

Cuando Sid preguntó por su estado por teléfono esa noche y Suda le dijo que no se encontraba bien, Sid acudió en diez minutos. Suda sintió un fuerte afecto en su tacto cuando le tocó la frente. Le llegó al alma; ese toque tenía la misma sensación que sintió en el toque de su difunto marido.

Suda tardó tres días en recuperarse. Mientras tanto, Sid la cuidó a fondo. Suda estaba bien ahora. Sid le había traído fruta. Cuando cortó la manzana y se la dio a Suda, ésta le dijo: "Para ya; me has cuidado mucho". Ahora estoy bien. "Gracias a lo que hiciste por mí..."

Si eres soltero, ¿aún tienes esperanzas de encontrar pareja? Y si estás casado, ¿cómo mantienes vivo el amor entre tu pareja y tú?

"Siempre quiero cuidar de ti". "¿Podemos vivir juntos para siempre?" "Creo que ambos nos necesitamos".

Suda se quedó sin habla, y Sid siguió diciendo: "Yo también he pasado toda mi vida solo, pero ahora quiero tu compañía". Necesitamos un compañero para compartir nuestras penas, dolores y alegrías.

Suda dijo con voz temblorosa: "¿Qué estás diciendo?" ¿A esta edad?
Sid respondió: "Te estás equivocando". La gente cree que, a medida que envejece, ya no queda nada. "Pero yo no estoy de acuerdo; podemos vivir nuestras vidas como queramos mientras tengamos aliento".

Suada, "No, no, a esta edad,..."

Entonces Sid cortó la conversación, preguntando: "¿Qué ha pasado con tu edad?".

Había una sonrisa en el rostro tranquilo de Sid. "Si estamos juntos, podrás dar sentido y propósito a la vida que estás viviendo".

Suda dijo: "No, ni siquiera puedo pensar en eso".

Una expresión de decepción apareció en el rostro de Sid. Se levantó y dijo: "Vale, como quieras". Ahora me voy, pero volveré. Si necesitas algo, llámame y te lo traeré".

La mente de Suda se agitó. Para ser sincera, ahora creía que podía encontrar su presente y su futuro con Sid. Económicamente, no dependía de nadie. Pero se sentía demasiado sola y seguía buscando a alguien con quien compartir sus sentimientos y desahogarse. Pensaba que las personas de su edad deberían tener un compañero con quien compartir los momentos dulces y tristes de la vida.

A nadie le importaba ver cómo vivía años de soledad. Y cuando esa oscuridad se disipó con la llegada de Sid, ella misma fue la primera en interponerse en el camino de su propia felicidad.

Al día siguiente, Sid llegó por la mañana después de un paseo y le dijo: "¿Cómo estás ahora?".
"Estoy bien ahora." "Siéntate; traeré té."
"No, yo iré. Tú descansa".
"Ya estoy bien; siéntate, por favor." Suda trajo té después de hacer que Sid se sentara en el salón, y ella bebió té con él. Hubo un silencio entre los dos. Al ver a Suda perdida en sus pensamientos, Sid preguntó: "¿Todo bien?". "¿En qué estás pensando?"

"Tienes razón, cada uno vive a su manera, así que ¿por qué no íbamos a vivir nosotros también compartiendo la felicidad de nuestra vida?".

Las nubes de tristeza y duda que se alzaban en el corazón de Suda habían desaparecido, y ahora estaba preparada para caminar por un nuevo sendero de esperanza y felicidad. Estaba completamente preparada para avanzar en compañía de Sid.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Original in English

Cotina Contest: Hope of Love

I have a freind Sid he has gone through this situation so I will tell you the love story of Sid and Suda.

“Age does not protect you from love, but love to some extent protects you from age.” – Jeanne Moreau

Love has no age, nor date on the calendar , according to this saying, what is your opinion?

Suda sat on the bench in the evening, after taking four rounds of the park. For a brief moment, she got lost in the memory of her late husband and forgot the gloom of her day; at least for a moment, a perfect smile appeared on his lips.

It was getting dark slowly, but she didn't feel like going home. What would she do after going home? She didn't like watching TV, but at most she would pick up a magazine, but how long could she read?

So much has happened in these years. All her dreams had been shattered, but life's journey continued.

Suda was thinking, "Time has to pass as there is no scope in this." Lonely, sad, deserted world—she was never like this, but some events in her life made her very lonely.

No matter how long she sat there, no one was going to ask why she was sitting there. She had always considered herself lucky to have a husband like Som, but when Som died of a heart attack ten years ago, Suda was suffering from loneliness.

There was no enthusiasm, no curiosity, no attraction, and no entertainment in Suda's monotonous routine. A little conversation with her neighbors was all that was left besides reading books and magazines. She was fond of reading from the beginning. That's why she had subscribed to the library built near the house.

Have you met someone via an app or mobile messaging?

So Suda met this man when she went to the library and saw another person she often saw in the park as well.

Suda heard him talking about a movie with the boy sitting at the reception. The boy was laughing, Now she remembered that this man had also set up a laughter club in the park.

Would you allow yourself at an age after 50 to experience a loving relationship?

That man must have found Suda's face familiar; seeing Suda, he said, "Hello, I saw you in the park in the morning." Do you also go in the evening?

Suda nodded yes, then the man introduced himself: "I am Sid; I live in the society opposite this road." Suda also introduced herself. Suda looked at him in surprise. His age was around fifty-five, but he spoke like a thirty-year-old. What a man he was.

She kept looking for the magazine. Sid continued the conversation, "Nowadays people are less interested in or have no time to read good literature." Suda and Sid both laughed as they said this.

Suda said goodbye to him and walked towards her home. When she reached home, she felt nervous as usual because of the silence prevailing in the house. She switched on the TV.

It had become a routine for her to go to the park in the morning and evening. Suda was walking towards the park the next morning when Sid met her on the way. After greeting Suda, he started walking with her. Suda was a little uncomfortable, though, but kept walking.

Sid said, "Now go on your rounds." "My friends are waiting for me." Suda smiled and nodded. On their way back,Suda was looking at Sid intently. Perfect fit, smiling face—he talked well, from politics to weather, from science to psychology; he had such a good hold on every subject that he could talk on any subject. After some time, both returned to their respective homes.

At this moment, what is your thought to refer to love?

Now it has become a daily routine. Both went together as Suda started liking his company. There's a strange comfort in talking to people your own age. Same problems, same joys—it's nice to share everything. She felt that she was not alone. Sometimes Sid would come to Suda's house. She felt closer to him.

When asked about the family, Sid had said, "We had a love marriage, but after six months of marriage, Rashmi, his wife, died in a road accident."

One day, Suda did not go for a walk in the morning, so Sid came straight to her house while returning from the park. Suda was suffering from a fever. Sid went to the kitchen, found the ingredients on his own, made tea, brought two bread slices with butter, and said laughing, "Today you will know about my cooking expertise." Suda laughed at the way he said it. Sid returned home after giving medicine to Suda.

When Sid inquired about his condition on the phone that evening and Suda told him she was not well, Sid was there in ten minutes. Suda felt a strong affection in his touch when he touched her forehead. It touched her soul; that touch had the same feeling that she felt in her late husband's touch.

It took Suda three days to recover. Meanwhile, Sid took full care of her. Suda was fine now. Sid had brought some fruits for her. When he cut the apple and gave it to Suda, Suda said, "Stop now; you have taken a lot of care." I am fine now. "Because of what you did for me..."

If you are single, do you still have hope to find your partner? And if you are married, how do you keep the love between you and your partner alive?

"I always want to take care of you." "Can we live together forever?" "I think we both need each other."

Suda was speechless, and Sid kept saying, "I have also spent my whole life alone, but now I want your company." We need a partner to share our sorrows, pains, and happiness.

Suda said in a trembling voice, "What are you saying?" at this age?
Sid replied, "You are making a mistake here." People believe that as they get older, there is nothing left. "But I disagree; we can live our lives however we want as long as we have breath."

Suada, "No, no, at this age,..."

Then Sid cut off the conversation, asking, "What happened to your age?"

There was a smile on Sid's calm face. "If we're together, you can give meaning and purpose to the life you're living."

Suda said, "No, I can't even think of that."

A look of disappointment appeared on Sid's face. He stood up and said, "Okay, as you wish." Now I'm leaving, but I'll return. If you need anything, call me, and I will bring it.

Suda's mind became agitated. To be honest, she now believed she could find her present and future with Sid. Financially, she was not dependent on anyone. But she felt too lonely and kept searching for someone with whom she could share her feelings and pour out everything from her heart. It was coming to her mind that people of her age should have a companion with whom they could share their life's sweet and sorrowful moments.

No one cared to see how she lived through years of loneliness. And when that darkness was dispelled by Sid's arrival, she herself was the first to stand in the way of her own happiness.

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The next day, Sid came in the morning after a walk. said, "How are you now?"
"I'm fine now." "Sit down; I'll bring tea."
"No, I'll go. You rest."
"I am quite well now; please sit down." Suda brought tea after making Sid sit in the drawing room, and she drank tea with him. There was a silence between the two. Seeing Suda lost in her thoughts, Sid asked, "All's well?" "What are you thinking?"

"You are right, everyone is living in their own way, so why shouldn't we also live by sharing our life's happiness?"

The clouds of sadness and doubt rising in Suda's heart had disappeared, and now she was ready to walk on a new path of hope and happiness. She was completely ready to move forward in Sid's company.

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