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La vida está llena de altos y bajos, como una montaña rusa, en un momento estás en la cima y en cuestión de segundos te precipitas en una caída que parece interminable, o tal vez al revés, pero sin duda siempre hay esas variaciones, ya sea por algo ajeno a lo que efectuamos o por las cosas que llevamos a cabo, como lo son las decisiones, personalmente creo que hablar de las decisiones en sí mismas sería algo bastante prolongado, hablar de los diferentes tipos de decisiones aún más.

Existen decisiones en las que meditamos un largo tiempo para tomarlas, al igual que están las que a veces tomamos en el calor del momento, improvisadas o meditadas, cada decisión que tomamos tiene un efecto en nuestra vida; desde la ropa que eliges ponerte en la mañana, hasta qué carrera tomar, o el trabajo por el que optar. Pero existen esas decisiones que te marcan en gran manera, que hacen una diferencia y tienen un fuerte impacto en tu vida, en las que sientes estar a un solo paso de cambiarlo todo, como un brusco cambio de colores, como pasar del marrón al cian de una vez, exactamente eso quiero compartir con ustedes, de esa vez en la me sentí de esa forma.

Recuerdo estar llorando en mi habitación, mientras veía fotos y escuchaba "Someone you loved" de Lewis Capaldi, mi mente se llenaba de infinidades de recuerdos que entraban en conflicto con hechos más recientes, me daba cuenta de lo mal que estaba, no podía parar de llorar ni de sentirme tan mal, no era la primera vez que terminaba así pero dolía como si lo fuese, sabía que tenía que terminar con eso, sabía que era algo insano para ese punto, pero era aterrador hacer algo así después de tanto tiempo compartido.

Pero las cosas habían cambiado demasiado como para seguir haciendo como que nada sucedía...

Hace varios años atrás, conocí a una persona que fue una parte muy importante de mi vida, pero que por diversos motivos ya no forma parte de ella, a esta persona le llamaremos... Thom.

Thom y yo estudiábamos juntos, pero no empezamos a hablar o entablamos un vínculo por ello, sino porque un profesor vio en ambos potencial para cierto deporte, así que nos instó a ir a unas prácticas, como el sitio quedaba cerca de donde vivía decidí ir, y pues, Thom también, así que empezamos a hablar desde entonces, en clases comenzamos a hacer los trabajos juntos o cualquier actividad que requiriese de más de una persona, en los descansos estábamos juntos, a la hora de comer nos sentábamos juntos, nuestros asientos en el salón siempre estaban juntos, hasta tomábamos el mismo transporte para irnos juntos, realmente hacíamos todo juntos.

Seguimos yendo a las practicas pero sólo como tiempo para seguir juntos, porque los dos éramos pésimos en esa disciplina y realmente no nos apasionaba.

Estudiamos los primeros tres años juntos, y luego los otros tres también porque elegimos la misma mención (estudiábamos en una escuela técnica, así que es un año más) hicimos las pasantías juntos, en el mismo lugar y en la misma área. Después de graduarnos seguimos viéndonos y haciendo cosas juntos.

Esa persona, Thom, fue mi mejor amigo, con quien conocí personas que así como llegaban se iban, con quien compartí muchísimas cosas, con quien tuve un lazo que pensé irrompible, pero que en algún momento ese lazo cambió, o mejor dicho, dejó de ser, y como dije, era demasiado diferente como para hacer como si no sucediese nada.

Hubieron ciertas cosas que definieron su trato hacia mí después de un tiempo, no mencionaré todas porque mi intención sólo es dar un poco de contexto para que se entienda el porqué de mi decisión, y porque hay cosas de las que no estoy lista para hablar.

Él siempre parecía molestarse cuando me hacía cercana a alguna persona y por lo general me decía alguna cosa de ella, se burlaba de mis gustos.

Soy bastante reservada con esas cosas, y lo era aún más entonces, porque considero que hay libros, canciones, historias, y muchas más cosas, con las que conectamos de una forma tan íntima que hasta parece una deshonra revelarlo, por lo que compartía esas cosas cuando consideraba que alguien era confiable, o cuando tenía una conexión similar con esa persona.

Y cada vez que le hablaba de alguna de ellas menospreciaba cualquier cosa que le dijese, si me atrevía a hablar de mi artista favorito con él o con alguien más, se burlaba. Cuando empecé a compartir con él mi pasión, que es escribir, no fue para nada diferente, algo que en su momento me generó una gran inseguridad. Estas cosas fueron sucediendo poco a poco, así que a veces me sentía mal y luego hablábamos como siempre.

Pero luego, para lo que aún no sabía que serían nuestros últimos meses como amigos, las cosas se volvieron un tanto más feas, en combinación con lo anterior. Hablaba de mí con personas que teníamos en común, su trato conmigo se volvió brusco, en una ocasión me enojé realmente con él, porque se refirió a mi gata, con una palabra verdaderamente ofensiva, me encantan los animales, y mi gata siempre ha sido muy importante para mí, él lo sabía, y también tiene gatos, por lo que algo así estuvo muy mal.

Somos personas jóvenes y usamos mucho las redes sociales, por lo que varias cosas tuvieron lugar en ellas, como los malos tratos por ejemplo, como dije, él hablaba de mí con otras personas, hasta ahora sigo creyendo que quería hacer ver que ya no éramos amigos. Admiraba mucho su trabajo, cuando subía algún avance le comentaba animándolo, él empezó a borrar cualquier comentario que yo hiciese, me daba cuenta de esas pequeñas cosas, él actuaba como si nada.

No recuerdo cuál fue el detonante, o si lo hubo realmente, pero sin duda todas las cosas se fueron acumulando, cada vez empeoraban más, la gran mayoría del tiempo me sentía mal por su actitud, y esa noche, en la que veía fotos y escuchaba esa canción, me di cuenta de que ya no había rastro de lo que antes era nuestra amistad, el apoyo, la comprensión, la empatia, el cariño, ya no estaban, esos pilares dejaron de ser, y para ese momento lo que sostenía aquel vínculo era el recuerdo de lo un día fue.

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Me aferraba a ello con tal fuerza que dolía en lo más profundo de mi ser, me había empeñado en mantenerlo en mi vida, decía: es mi mejor amigo, es mi mejor amigo, es Thom. Recordaba a aquel chico que conocí años atrás, quien había sido mi mejor amigo, pero veía que ya no había atisbo de él, quien era mi mejor amigo yo no estaba ahí. Dolió como no me había dolido nada en la vida, pero en ese momento lo dejé ir.

Ya no confiaba en él, obviamente él ya no confiaba en mí, ya no nos hacíamos ningún bien tratando de mantener algo que se sostenía por la fragilidad del recuerdo. Y por favor no me malinterpreten, no hay nada de malo en cambiar, no hay nada de malo en ser diferente, sólo que en este caso afectó muchas cosas de una manera que no le hizo bien a nadie.

Así que, mi decisión más difícil, fue terminar con mi mejor amigo, por así decirlo, y sé qué hay decisiones un tanto más serias o riesgosas, como lo son las de nivel académico, profesional o económico, pero esta es la mía, porque no fue sencillo dejar siete (casi ocho) años de amistad con una persona que hasta sentías tu familia, alguien que llegaste a amar tanto y con quien tienes tantos recuerdos.

Aún al recordarlo tengo una punzada de dolor en el pecho, pero, sigo creyendo que fue lo mejor, para ambos, independizarse del otro y seguir, a veces la vida es así, caminas con alguien por el mismo sendero durante tanto tiempo que crees que indudablemente acabaran aquel trayecto juntos, hasta el final, pero no, a veces aparece ese camino de dos direcciones, y a veces es momento de seguir rumbos distintos, tal vez ocasionalmente se junten brevemente y puedes ver el progreso de aquella persona que un día caminó junto a ti, tal vez no, pero la vida es así.

Pese a todo, no le deseo ningún mal a Thom, en relidad espero que siga creciendo, que mejore cada vez más en lo que hace, sigo creyendo que hace bien su trabajo, pero estoy mejor con que tomásemos rumbos distintos, de no ser así creo que nos hubiésemos hecho mucho daño, fue una decisión muy difícil, pero sólo basta vernos para saber que fue la mejor para el punto en el que estábamos, les cuento esto con gran paz, pero fueron muchas noches de llanto para poder seguir.

Ese fue mi brusco cambio de colores, "del marrón al cian", mi decisión más difícil.

Quiero agradecer a quien leyó esto, y también agradezco por este concurso, por esta oportudidad, porque para mí ha sido una oportunidad, de escribir de algo bastante complejo y doloroso en mi vida, de compartirlo, porque realmente no hablo mucho, y menos de estas cosas, así que gracias, muchas gracias por leer.

Quiero invitar a @ruthsany @nane15 y @eduardolameda a participar en este interesante concurso, que para mí (y lo tengo que decir porque así lo siento) ha sido verdaderamente liberador.

De nuevo muchas gracias por leer...

Les deseo un hermoso día, lleno de mucha azúcar y miel. Nos leemos luego.