Concursos Cotina: Recuerdos de mi niñez/ por@cruzamilcar63
Saludos, amigos de Comunidad Latina. Hoy vengo a participar en este emotivo concurso que nos invita a recordar la niñez, esa etapa de la vida signada por la ingenuidad y la pureza de los sentimientos. Me resultó, en verdad, muy grato evocar aquellas vivencias en un pueblo del oriente venezolano, durante una época en que la tecnología no era un factor que condicionaba la existencia de todos y era nuestra imaginación la que ideaba muchas veces nuestras diversiones. Espero que les gusten mis respuestas.
Las dos imágenes pertenecen a la galería del autor, junto a un Bitmoji; editados en PowerPoint
¿Qué canciones cantabas cuando eras pequeño? ¿Tenías alguna favorita?
Desde muy pequeño canté todo tipo de melodías, la música ha sido siempre una pasión y, en aquella época, las canciones que más sonaban por la radio terminaban siendo parte de nuestra cotidianidad; por lo general, me las aprendía muy rápido, por lo tanto, no era extraño que interpretara sentimentales baladas, boleros desesperados y trepidantes guarachas que invitaban el cuerpo a bailar.
Cualquier ritmo me llamaba la atención, aprendí que toda composición musical tiene su encanto particular. Sin embargo, como niño al fin, hubo una canción que se me quedó prendada por mucho tiempo en la memoria y jamás dejé de cantarla en ningún momento de mi niñez: “Pinocho.” Su letra narra una historia bien bonita en la que intervienen el Espantapájaros malvado, un viejo cirujano y un hada protectora. Comienza así:
Hasta el viejo hospital de los muñecos
llegó el pobre Pinocho malherido
porque el Espantapájaros bandido
lo sorprendió durmiendo y lo atacó…
¿Cuál era tu comida preferida de niño?
Aunque parezca extraño, mi comida preferida era, y es hasta el presente, la empanada. En mi pueblo oriental, se rellenaba preferentemente con cazón guisado o queso, eran los sabores tradicionales en aquel entonces. Durante mucho tiempo nadie se atrevió a salir de esas opciones, pero después, al igual que en todas partes, las empanadas fueron elaboradas utilizando las más disímiles combinaciones. Recuerdo que mi mamá, consciente de mi afición por esta incomparable fritura, cuando yo no quería comer alguna otra preparación que hubiese ella cocinado, me decía: “Eso lo hice con los mismos aliños con que hago las empanadas…” Y ante estos argumentos, yo no mostraba ninguna objeción y procedía, con entusiasmo, a comerme lo que me había dado.
¿Cómo se llamaba tu mejor amigo de la infancia? ¿Tienes alguna anécdota?
Mi mejor amigo de la niñez fue William Marcano, un vecino que me acompañaba en las invenciones y ocurrencias que debíamos idear los pequeños en aquellos provincianos lares para divertirnos. Todo cuanto observábamos, nosotros pretendíamos recrearlo en nuestro fantasioso mundo con los materiales que teníamos a mano. En una ocasión, por ejemplo, conformamos nuestro propio grupo musical. Construimos los instrumentos con diferentes tipos de envases para conseguir variedades de sonidos e hicimos unos micrófonos con unos palos largos donde colocamos vasos plásticos. En nuestro primer ensayo, lo hicimos tan bien que muchos otros niños se sumaron a nuestra orquesta, además vinieron, después, algunos adultos a escucharnos y hasta bailaron cuando interpretamos el famoso tema “La vaca vieja.”
¿Qué tipo de niño eras en la escuela?
Fui siempre, en la escuela, un niño tranquilo, obediente y respetuoso. Excepto por una maestra, en cuarto grado, que me dio un coscorrón sin tener un motivo de peso para ello, jamás tuve que enfrentar problemas relacionados con la disciplina. Cumplía con mis tareas e intentaba ser responsable con todas las actividades escolares, sin embargo, nunca me destaqué como un alumno brillante. No sé si fue por mi volátil imaginación, que me distanciaba siempre de las situaciones que debía afrontar, o porque en la dinámica realidad de mi pueblo había todo el tiempo algo en qué ocuparse para estar distraído, pero lo cierto es que durante mi etapa en el colegio, mi desempeño estuvo siempre dentro de los parámetros normales.
¿Cuándo era la hora de recreo, ¿qué te gustaba jugar?
En un principio, nunca me atreví a participar en ningún juego. Miraba desde lejos como mis compañeros se divertían corriendo, mientras uno hacía el papel de ratón y otro de gato, hasta que este último atrapaba a su supuesta presa y lo conducía al redondel donde se encontraban los demás niños; otras veces le dedicaban tiempo al tocaíto, al gárgaro y, cuando no les apetecía estar dando tantas carreras, al palito mantequillero. Más tarde, sí me hice un consuetudinario participante del Fusilao, un juego donde quien corría con mayor velocidad tenía ventaja sobre los demás. Como ya estaba suficientemente seguro de que yo era uno de los más rápidos, incursioné en esta actividad sin temor alguno.
¿A qué edad aprendiste a andar en bicicleta? ¿Cómo fue la experiencia?
A los doce años aprendí a manejar la bicicleta. No pudo ser antes por la simple razón de que a mí jamás me pudieron comprar uno de esos juguetes, aunque lo pedí muchas veces. El papá de mi amigo William sí le regaló una y allí, por supuesto, comenzamos nosotros dos a conducir el apreciado vehículo. El proceso de aprendizaje fue rápido, en seguida me hice un experto ciclista que nada le envidiaba a los demás. Sin embargo, recuerdo que cuando todavía era un titubeante neófito que no dominaba por completo el equilibrio del manubrio, me llevé por delante, con un golpe tremendo de la rueda delantera, a otro niño que rodó por el suelo y se paró llorando. Gracias a Dios que no le había pasado nada grave, ni siquiera un rasguño.
Invito a los amigos: @aplausos, @evagavilan y @jennarg. Para ellos y todos quienes deseen participar les dejo por aquí la información del concurso.
La publicación está configurada con el 15% para esta comunidad.
Que hermosos recuerdos y además sirven para darnos cuenta de que lo que somos se va modelando desde el comienzo y durante el transitar de la vida. El incidente con la bicicleta seguro hizo que fueras precavido. La injusticia con la maestra te marcó para protegerte en el futuro. Un excelente transitar @cruzamilcar63
Sí, amiga. Son pequeñas batalla que desde niño vamos enfrentando para ir aprendiendo cómo es la vida. Gracias por sus comentarios. Saludos, amiga @evagavilan.
Hola amigo excelente participación en nuestro concurso a mi también me encantan las empanadas comer sobre todas las de caraota con queso. Ya las haz probado?
Gratos recuerdos de cuando eras niño, mucho sentimiento expresado en tu publicación
Sí, amigo, he probado ya casi todas las empanadas. En Casanay, estado Sucre, probé unas de pasticho... Gracias por sus comentarios y la valoración de mi post. Saludos.
Gracias por la invitación amigo, eras de esos niños que escuchaba una canción y a bailar se ha dicho jeje.
La empanada es muy rica y me encantan de desayuno, creo que siempre hay maestras que hacen esas cosas y culpan a los niños.
Esas edad de aprender andar en bicicleta hay mi madre, yo me caí y tuve una cicatriz de eso jeje. Te envío muchas bendiciones amigo.
Bueno, esa es una cicatriz que le recordaba una pequeña batalla en la vida. Gracias por sus comentarios, amiga. Saludos.
Hi, @cruzamilcar63,
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Muchas gracias por su deferencia hacia mi publicación. Saludos.
Gusto leerte Amilcar, el dueño de las empanadas jajaj me hiciste reir porque imaginé la expresión de tu mamá, inocencia de niño incomparable. Hasta cantante con Willian y compañero de aventuras en bici, sin dudas unos grandes aliados y veo el era dado a prestarte sus cosas.
Tuviste una linda infancia, se nota lo estudiado, aplicado y respetuoso. Saludos
Así es, había tantas cosas y tanta imaginación para llevarla a la práctica que nunca me di cuenta de mis carencias materiales... Gracias, Amiga, por tus palabras. Saludos.