Concursos Cotina : Háblame de: Steve Jobs | por @cruzamilcar63

Un saludo caluroso para los amigos de Comunidad Latina. Hoy me encuentro aquí, de nuevo, para participar en el Concurso Háblame de: personajes históricos, el cual, tal como lo indica el título, nos invita a disertar sobre alguna de esas personas especiales que inscribieron su nombre para siempre en las eternas páginas de la historia de la humanidad, sobre los individuos que, en cualquier esfera del conocimiento universal, nos dejaron un legado imperecedero y digno de admirar.

Fuente Modificada con PowerPoint

Gracias, Steve

Así fue. En la pequeña ciudad de Mountain View, perteneciente al norteamericano estado de California, en el garaje de una modesta casa de familia, comenzó a gestarse un maravilloso invento que, a la vuelta de unos pocos años, se convertiría en un instrumento imprescindible en casi todos los hogares del mundo, en un equipo que, en cualquiera de sus formatos, todo individuo posee o aspira a poseer uno: el computador personal.

La cara más visible de este proyecto fue el inigualable Steve Jobs, quien junto a su amigo de infancia, Stephen Wozniak, comenzó la ambiciosa tarea de colocar al alcance de cualquier persona el futurista universo de la informática; esta se trataba de un área que prometía desde sus inicios un compendio de grandes cambios tecnológicos, pero que, hasta esos momentos, se encontraba circunscrita solo a un reducido grupo de personas que manejaba el intrincado lenguaje de la programación y utilizaba los pesados ordenadores solo para trabajos especializados, para resolver eventos puntuales.

Dicen algunos conocedores del tema que a la edad de doce años Steve Jobs observó por primera vez un computador y quedó tan impresionado que desde aquel instante supo que dedicaría toda su existencia a desentrañar, en todos los aspectos, el apasionante e intrincado mundo de la cibernética. En esa misma época, siendo todavía un adolescente que cursaba la escuela secundaria, dejó anonadado al presidente de la Hewleett-Packard cuando el atrevido joven le formuló varias preguntas sobre algunos temas, demasiado profundos para aquel nivel, que necesitaba conocer sin dilación para llevar a cabo el proyecto de una asignatura. Esa osadía intelectual le proporcionó un período como pasante en la famosa Compañía HP.

Cuando culminó el bachillerato, Steve Jobs se trasladó a Portland para ingresar a la universidad, pero apenas cursó estudios superiores durante seis meses, ya que enseguida abandonó esos planes, debido a que carecía de recursos económicos para costearse los exigentes gastos que ameritaba una carrera universitaria. A pesar de que formalmente no era un alumno perteneciente a la institución continuó asistiendo a las clases dedicadas a la tecnología que más le llamaban la atención. Por esa misma época fue contratado como diseñador por la conocida empresa productora de video juegos Atari.

Una vez que regresa a su casa, en California, es cuando Jobs se interesa, con incisiva seriedad, en el proyecto del microprocesador doméstico que tenía entre manos su compañero Stephen Wozniak. Es desde este instante en que comienza a abrirse campo la visión de Steve Jobs como el gran artífice de la tecnología de última generación y como el empresario genial en que se convirtió unos años más tarde. Desde aquel paradigmático garaje donde ambos amigos comenzaron a laborar para darles forma a sus sueños, emergió el Apple I, el cual es considerado como el primer ordenador personal conocido por la humanidad. Se trataba, por supuesto, de un paso inmenso en el área de la computación, pero la visión de Jobs hacia el futuro no podía quedarse, de ninguna manera, en aquel primer intento que apenas esbozaba sus verdaderas expectativas.

Fuente

En 1977, apareció el Apple II, mucho mejor que su antecesor; fue este nuevo producto el que, en realidad, comenzó a interesar al gran público por el universo de la informática. Las ventas de este equipo sobrepasaron todas las estimaciones y el nombre de Steve Jobs comenzó a considerarse en el mundo entero como un extraordinario innovador tecnológico y como el audaz empresario que no tiene límites en sus horizontes.

Después del resonante éxito del Apple II, la dupla Jobs- Wozniak se empeña en la creación de un ordenador que pueda ser manejado por cualquier persona sobre la tierra, de un aparato tan amigable que el usuario estaría, al fin, deslastrado de la memorización de comandos y funciones que obstaculizaban la fluidez de su desenvolvimiento frente al computador. Apareció, entonces, en 1984, el Macintosh; estaba diseñado de manera tan atractiva que en su pantalla aparecían llamativos iconos que orientaban fácilmente al operador. Estaba provisto, además, de una herramienta que en el porvenir se transformaría en un elemento paradigmático, providencial, en la conformación de un ordenador: el mouse o ratón, el instrumento que nos trajo para siempre el omnipresente Click.

Las computadoras personales, gracias a las perspectivas visionarias y al arduo trabajo de Steve Jobs, junto a Stephen Wozniak, continuaron con su frenética evolución hasta convertirse en el sofisticado artilugio con el que contamos hoy en día. En el camino de su desarrollo se encontró con la internet, otro maravilloso invento de la humanidad; pero para que la red sirviera de soporte al trepidante flujo comunicacional que hoy nos parece tan cotidiano, necesitó de un equipo especial para su funcionamiento, el cual fue también creado por la prodigiosa mente de Steve Jobs.

Nos hemos referido al genio de Steve Jobs apegados estrictamente a la creación y desarrollo del computador personal, pero es necesario advertir que la influencia tecnológica de este hombre podemos encontrarla en otras esferas del saber humano, tales como la música, la telefonía y el cine. Su legado, sin ninguna duda, cambió para siempre la forma de percibir y vivir el mundo.

---

---

Invito a los amigos: @felixgarciap, @charjaim y @hectorbalz

---

---

Nota: La publicación está configurada con el 15% para esta comunidad.