Concursos COTINA : Titulo del concurso / por @bostonblake || Venezuela || Spanish

PROLOGO

El relato de hoy será sobre un mundo post apocalíptico, donde sobreviví junto a mi mejor amiga.

Al Ser Humano siempre le han apasionado las paradojas y la ficción. Quizás es una especie de adoración hacia lo desconocido y qué haríamos en caso de tener que confrontar situaciones en las que se nos empuja a tener que sobrevivir ante la incertidumbre. Así es el espíritu humano, soñador, apasionado, aventurero, LIBRE.

COMIENZO

El Mundo cambió. Poco importa la naturaleza de lo que provocó el caos, el caos siempre será el mismo y a veces el Ser Humano a pesar de los avances tecnológicos que pueda haber alcanzado no es capaz de hacerle frente, aun cuando las condiciones parezcan favorables.

Mi amiga Fernanda y Yo estábamos de viaje en la montaña en un paseo de excursión cuando todo pasó. No nos enteramos de nada hasta que, dos semanas después, bajamos al pueblo mas cercano y nos encontramos con desolación y señales de que algo terrible había ocurrido. Todas las calles estaban vacías, con muchos escombros, autos abandonados a media calle y equipos militares y médicos tirados en la vía como si las autoridades hubiesen tenido que salir a toda carrera de allí.

Fernanda y Yo nos extrañamos, pero ante tanto silencio decidimos que lo mejor, por lo pronto, era ir con mucha cautela y sin hacer tanto ruido. Teníamos hambre y buscamos alguna tienda donde conseguir qué comer pero todos los negocios, farmacias, tiendas y mercados estaban saqueados o vacíos. Apelamos a la ultima lata de comida que nos quedaba y nos metimos en un kiosco cerca de la plaza del pueblo mientras decidíamos qué hacer.

"Estoy asustada - me dijo - tenemos que buscar algo, una radio, algún periódico, lo que sea que nos de luz sobre lo que pasó aquí".

Fernanda siempre ha sido inteligente. La conocí en la escuela, brillante en los estudios, destacada en las clases de deporte y, por qué negarlo, muy bella. No fue amor a primera vista, pero con el tiempo creció un sentimiento que iba mas allá de la amistad pero todavía no tan cerca de ser un querer de parejas. Coincidimos en las tareas y eso nos ayudó a conocernos mejor, y luego de graduarnos seguimos en contacto y compartíamos actividades grupales como las excursiones al rio y la montaña, cosas que hacíamos por lo menos dos veces al año. Ella, hija de un Ex Militar de las Fuerzas Especiales y una Maestra de Primaria, tenia los dotes de haber vivido una vida de disciplina y altos estándares familiares. Yo, por mi parte, era el hijo de un Policía retirado y mi madre era Ingeniero que trabajaba para la industria petroquímica, y estudie Medicina faltándome solo un año para mi graduación y residencia.

Nos dispusimos a ponernos en movimiento y determinados a entender mejor la situación nos dirigimos a la estación de policía. Habían barricadas, hogueras humeantes y casquillos de balas regados por todo el piso. Ahí encontré tirado un periódico que en primera plana tan solo decía "VIRUS FUERA DE CONTROL". La nota hablaba de un virus altamente infeccioso, que se transmite entre la gente por los fluidos (sangre, saliva) y que destruye de inmediato la parte cognitiva del cerebro reduciendo a la persona a un estado animal, sin uso de razón, con un exacerbado apetito y uso desmedido de la violencia. Al principio parecía un derivado de la rabia pero los organismos de salud publica fueron incapaces de afrontar la expansión contagiosa, sumiendo primero a los pueblos, luego a las ciudades, posteriormente a las regiones y al final a países enteros al colapso y al final la caída de la Economía y la civilización tal como la conocíamos fue inminente.

Fernanda quiso mantener la calma y por supuesto, yo también. No era momento para desesperarse en especial cuando estábamos en medio de la nada, sin aparentemente nadie alrededor y lejos, muy lejos de casa. A lo mejor ya no había casa a la cual volver, pero tendríamos que intentarlo. Regresar a nuestra casa iba a ser difícil, aun mas si la situación que veíamos en este pueblo era generalizada en todos los demás sitios que tendríamos que atravesar. Lo primero era salir de aquí.

"¿Dónde está la gente? ¡Tiene que haber alguien!" - Me dijo ella
"Ven Fergie - Así le decía por cariño - entremos a la estación, tiene que haber algo, una radio o algo así y si tenemos suerte, armas, munición y comida".

No fue fácil entrar. La puerta estaba bloqueada pero al dar la vuelta al edificio vimos una ventana abierta. Entramos y caímos en lo que seria uno de los baños de la planta baja. Cautelosamente abrimos la puerta y caminamos sigilosamente, atentos a cualquier ruido, hacia lo que seria la recepción.

No había nadie. Estaba vacía, a oscuras y apenas se veía por las hendijas que quedaban en las ventanas bloqueadas por tablones, escritorios y mesas. Un total desastre. En la puerta de entrada vimos manchones de lo que parecía ser sangre seca en el piso pero no nos detuvimos a detallar. Fuimos hacia las oficinas del fondo, que es donde usualmente están los depósitos. Efectivamente ahí estaban, y en un par de anaqueles abiertos encontramos dos rifles, pistolas automáticas y suficiente munición. Las tomamos y seguimos explorando hasta encontrar algo de comida empaquetada la cual tomamos sin pensar mucho, la metimos en el morral y caminamos hacia los baños privados donde había algo de medicina: un botiquín de primeros auxilios, agua destilada, antibióticos y analgésicos. Lo tomamos todo, suponiendo que mas bien podrían hasta ser insuficientes.

La primera regla a la hora de sobrevivir es: mantenerse unidos. Por nada del mundo es recomendable separarse a menos que sea estrictamente necesario. La segunda es conseguir agua, comida y si es posible medicamentos. La tercera y no menos importante es encontrar algún tipo de arma que sirva para defenderte de aquellos que quieren tomar todo aquello que es tuyo a la fuerza. No siempre hace falta usar la fuerza, con la disuasión basta pero es mejor siempre estar preparado en especial ante lo desconocido.

La cuarta regla es: encontrar mas gente. No se puede sobrevivir estando solos, eso es una estupidez. Encontrar un grupo que sea lo suficientemente confiable y al que puedas aportar tus conocimientos y experiencias para beneficio de todos es vital para sobrevivir. Por el momento no habiamos encontrado a nadie, ni un alma, pero para ello se me ocurrió una idea. Temprano, después de entrar a la estación de policía, vi una radio que quizás funcionara pero no había electricidad. Junto a Fernanda subimos las escaleras que venían del lobby y caminamos hacia donde vi la radio mientras echábamos un ojo al resto de las oficinas. Todo estaba en silencio, en penumbra (a pesar que era mediodía allá afuera) y totalmente desolado.

Había mas ediciones de otros periódicos regados en las oficinas, uno de ellos decía que grandes ciudades como Sao Paulo, Caracas, Ciudad de México, Buenos Aires, además de Nueva York, Tokio y Berlín habían dejado de transmitir y se temía lo peor. Otros hablaban del Virus apodándolo "La Muerte Negra", supuestamente porque la sangre de los infectados se tornaba de ese color.

Justo cuando nos asomábamos al lobby, vimos un movimiento extraño a nuestra derecha. Volteamos y lo vimos: era un hombre, de estatura media, ahí parado mirándonos en silencio. De inmediato le hablé, diciéndole que podíamos ayudarlo cuando el hombre, después de gritar con toda su fuerza corrió hacia nosotros. Vi su rostro: los ojos descolocados, rojos hinchados en sangre y de la boca y nariz le emanaba un liquido viscoso negro. De inmediato recordé los reportes sobre la muerte negra y lo altamente contagiosa que era y no lo pensé mucho: disparé al pecho mas de cinco veces antes de que se detuviera y desplomara justo frente a mi. Y he ahí, nuestro primer contacto con un infectado.

"Son como zombis" - Dijo Fernanda - "No se detienen ante nada, es como si no sintieran dolor".

"Será, pero igual son organismos, y todo lo que es biológico muere y se pueden detener, para la próxima no voy a pararme a preguntar nada".

Con armas, alimentos, agua y la radio encima salimos de la estación y nos dirigimos al estacionamiento. Allí habían varios autos pero todos estaban desmantelados o destruidos. Conseguimos una camioneta que, aunque sin gasolina, aun tenia la batería funcional y pudimos adaptar el radio para que encendiera. Fernanda navegó por los diales tratando primero de escuchar alguna señal, pero solo había estática. De inmediato apretó un botón (de emergencia en algunas radios) que abre todas las frecuencias para transmitir simultáneamente en caso de emergencia.

"ATENCION, SI HAY ALGUIEN ALLI, RESPONDAN, QUIEN SEA".

Solo estática. Después de mas de 15 minutos de intentarlo y a punto de desistir, se escuchó al otro lado la voz de una mujer joven...

"¿HO - HOLA? ¿ME ESCUCHAN?".

"¡SI, SI TE ESCUCHAMOS! ¡Estamos en el pueblo y esto está todo destruido! ¿Quién eres? ¿Dónde estas?".

"Llámame María. Estoy con un grupo, pero no puedo decirles donde, es que... N-no se quienes son, muchas cosas malas han pasado y..."

Tomé el micrófono: "No te preocupes... María, te entendemos. Somos dos, bajamos de la montaña y nos encontramos con este desastre ¿Sabes qué está pasando?"

"N-no se, no se mucho, solo se que la gente se comenzó a comportar como loca, se mordían, se arrancaban pedazos de sus propios brazos, así le pasó a... a mi papá. Tío Jorge tuvo que detenerlo... detenerlo de un balazo, iba a matarme, no se qué pasó. De pronto todo el pueblo enloqueció, la policía no pudo hacer nada, el hospital colapsó a los cuatro días, llegaron los militares y... y comenzaron... comenzaron a disparar. Primero a los infectados, después a todo el mundo. La gente estaba asustada, nosotros corrimos y nos escondimos como pudimos. Tío Jorge no pudo... no... lo mataron también, no estaba enfermo".

"Descuida María, no sigas. Mira, solo somos dos, tenemos miedo pero también tenemos armas y sabemos como usarlas. Si nos dices donde estas podemos ayudar, nosotros no podemos con esto solos pero tal vez juntos con tu grupo podamos ayudar".

"N-no, no, no se, quizás sea cierto pero no puedo decirles, no se donde es esto, solo se que es un edificio a las afueras del pueblo, es rojo y hay un campanario".

Fergie me puso la mano sobre el micrófono y me dijo que ella sabia donde era. Cuando veníamos, vio el campanario y la granja y le pareció bonito, como una postal.

"Descuida María, te vamos a encontrar, confía en nosotros".

"¿Tu estas consciente de que para llegar allá tenemos que atravesar el pueblo entero? ¿Y si hay mas monstruos de esos entre aquí y el allá? - Me dijo Fernanda.

"Fergie, no podemos dejarlos solos, además, los necesitamos tanto como ellos a nosotros a menos que sea una trampa".

"¿Y si lo es?"

"Espero que no, pero si es una trampa les demostraremos lo equivocados que estuvieron de haberse metido con nosotros".

FIN

Nota al Pie: me hubiese gustado continuar pero no me pareció apropiado hacer una historia tan larga.

Capturas de pantalla del videojuego Days Gone, producción de Bend Studio y publicado en 2019 por Sony Interactive Entertainment.

La redacción del relato es creación exclusiva para SteemIt y la comunidad Steem Comunidad Latina.

Invito a @ellieth @zmoreno y @effierodriguez a participar.