El juego del diario || 13-11-23 || Un día estresante en la escuela revivió al asistir a una reunión.

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Fue otro lunes estresante y derrochador. Me sentí dolido después de todo el proceso pero no pude evitarlo ya que formaba parte de mis errores. Ojalá pudiera girar las manecillas del tiempo; definitivamente habría tomado decisiones informadas mientras estaba en la escuela. Aunque culparé a las actividades que realicé. Simplemente tuve un mal día que fue revivido por la reunión a la que asistí. Todo gracias a estar en la escuela los lunes. Viaja conmigo mientras te cuento más.

Siempre he valorado y apreciado mis mañanas de tal manera que no me levanto tarde. Despertarme tarde significaría hacer cosas fuera de mi alcance o puedo terminar sin lograr nada en absoluto. Me desperté tan fácilmente como a las 6 de la mañana, que es la hora oficial a la que nos despertamos, o antes. Hice mi ejercicio de yoga pero no hice meditación. Después de mi ejercicio de yoga, comencé a mirar material académico para mejorar mis conocimientos sobre ciertas cosas y aprender nuevas palabras.

Las Escrituras que consideramos se centraban en ser maestros buenos y eficaces de las buenas nuevas. Esto nos ayudará a enseñar de una manera que muchos puedan entender y también a llegar al corazón de aquellos a quienes enseñamos la palabra de Dios. Después de considerar esas Escrituras, comencé a hacer las tareas del hogar y luego a prepararme para la escuela. Era un lunes por la mañana, por así decirlo. Todos los estudiantes estarían pisándoles los talones tratando de cumplir con las conferencias a tiempo. Como buen planificador diario, no me afectó. No sabía que me estresaría y luego terminaría sin hacer nada. Sin embargo, llegué a la escuela a tiempo ya que salí temprano de casa con bocadillos dentro de mi bolso para apoyar el ministerio.

Mientras caminaba, saqué algunos de estos bocadillos para que me sirvieran de desayuno. Estos son los bocadillos que consumí y esta es una foto de personas corriendo para reunirse en el autobús hasta la escuela para asistir a conferencias. Al llegar a tiempo al laboratorio, noté que era escaso en comparación con antes. No había mucha gente en el laboratorio. Entonces se acercó el encargado del laboratorio y nos dijo que la práctica no se podía realizar. Quería gritar de dolor pero ella nos dijo que completáramos el último que hicimos. Completar la última práctica que implicaba preparar aspirina fue un dolor de cabeza. Recogimos nuestras muestras y luego las pesamos con la balanza para hacer algunos cálculos con ella.

Nos quedamos en el laboratorio tratando de descubrir cómo se podía hacer esto durante casi 4 horas, pero fue en vano. Seguimos intentándolo y intentándolo, pero teníamos valores que eran demasiado extravagantes. Finalmente, nos enviaron fuera del laboratorio para continuarlo en alguna parte. La parte dolorosa es que pensé que lo enviarían ese día, así que tuve que quedarme despierto con mi equipo hasta que termináramos. Esto tomó más de 5 horas de mi tiempo y tenía que asistir a una reunión importante a las 5 p.m. En resumen, me di cuenta de que no lo enviaremos ese día. Me fui y me dirigí a casa aunque ya llegaba tarde. Antes de partir, tomé una foto de lo estresados ​​que estábamos tratando de terminar a tiempo.

Al llegar a casa, decidí ir a la reunión para tomar un refrigerio allí porque ya estaba estresado. Sentí que mi cabeza me dolía varias veces debido al hambre. Compré algo masticable en la tienda más cercana al pasillo para recuperar el equilibrio. Las palabras no pueden expresar cómo me sentí después de recibir educación divina en la reunión a la que asistí. Me animaron más allá de los límites. Más tarde me arrepentí de no haber salido temprano de la escuela. Cuando regresé a casa, estaba tan cansado que alcé un ojo porque la naturaleza me dijo que tenía algo de metabolismo que llevar a cabo en mi cuerpo. Simplemente lo permito de buena gana. Así dormí y terminó mi día.