SEC S20W2/ Pijamada, Cuentos y Creatividad

Hola @anailuj1992, mi hijo Carlos Javier (de 10 años) y yo decidimos unirnos a tu dinámica porque nos parece estupendo el poder crear desde cero con el uso de la imaginación.

En mi caso particular, y si quieres que te sea totalmente sincera a mi hijo le dio bastante emoción hacer un cuento y dibujar, por lo que considero eso el foco central, para la confección de cuento, él me dijo de que quería que se tratase , me habló del personaje "Un conejito", me contó toda la trama y hasta me dijo como se iba a llamar el cuento.

Podría decir que este es un cuento hecho por Carlos Javier.

Mi participación sólo fue hacer algunas rimas, todo lo demás salió de su mente, por lo que quise conservar ese toque inocente por encima de lo demás.

Erase una vez, un conejillo que vivía en el bosque, el lugar temido por muchos hombres
Su hogar como el de otros conejitos era una madriguera, cálida, tierna y serena.

Pero un buen día escuchó unos sonidos que provenían del exterior: fuertes, constantes y vibrantes
hacían retumbar todo a cada instante

Fue en ese momento que decidió salir de su madriguera y buscar el lugar donde provenía aquel sonido
cada vez más fuertes y con rugidos llegaban los sonidos,

para su sorpresa venían de una choza hecha con madera
unos ladrillos formaban una gran chimenea

el conejito con miedo se asomó como pudo a la ventana
lo único que llegó a divisar fue algo parecido a un bar
sorprendido vio que en aquel lugar asistían otros animales sin vacilar

para poder enterarse de quienes eran, a la puerta se asomó
muchos brincos tuvo que dar para a la manecilla poder llegar

y cuando entró vio lobos feroces y aterradores haciendo muuucho ruido
el conejito con miedo preguntó:

• ¿Pueden dejar de hacer ruido?

A lo que un lobo contestó:

• mejor es preguntar al dueño de este lugar

Ante la respuesta de este animal, el conejillo volvió a divisar
una puerta interna que decía "Director del lugar"

El miedo volvió a invadir el cuerpecito peludo del conejín
pero esto no lo detuvo y se decidió saltar
brincos, brincos y más brincos, para la manecilla llegar

Otro Oso feroz ocupaba la oficina central
pequeño, ínfimo y diminuto se veía el conejito
pero aun así empezó a hablar solito

• Buenas noches señor Oso, se ve usted muy glamoroso

Espero me pueda escuchar, porque un reclamo le vine a contar

Ruidos, ruidos y más ruidos llegan siempre a mis oídos
sea de día y sobre todo de noche, los ruidos llegan como en derroche
y los conejos tempranos nos debemos acostar
así que los ruidos no me dejan descansar

• ¿Será posible que ponga usted un poco de orden? o ¿hasta cuando seguirá este desorden?

El Oso feroz lo escuchó con atención
y lleno de calma le respondió:

• Me complace escucharte, sin duda tienes mucho arte, ¿Cómo es eso que un ser como tú tenga la valentía de un caimán?

• Ni la distancia, ni lo desconocido, ni incluso los animales del gran casino, te han hecho temer y tus derechos has hecho valer

• Solo por eso eres merecedor que a tus palabras preste atención.

El conejito volvió a intervenir y le dijo: ¡Es que sólo quiero dormir!

El Oso sonriendo contestó:

• No te preocupes amiguito, los animales grandes ya no harán sino ruiditos

Y aquel que se atreva a desobedecer, con el gran caimán habrá de fallecer.

El conejito se fue contento, confió en las palabras de aquel elemento

Una buena noche en que el conejito se iba a dormir, vio por la ventana algo que lo sorprendió, un lobo caminando en puntillitas, hacía menos ruido que una hormiguita.

Cuando el lobo vio al conejito del otro lado, se llevó un dedo hacia la trompa y en señal de "chito" le indicó al conejito, que no dijera nada, que él seguiría solito.

El conejito puso cara seria, pero por dentro de reía de su presencia, mira como hasta los más feroces podían cambiar, ¿o será que le temen al gran caimán?

Esa noche el conejito durmió feliz, pensando que valió la pena perseguir aquel ruido incesante, ser pequeño no es ningún problema, hay que enfrentar los miedos sea con quien sea.