El tema de la noche era el diablo, o el bicho malo, como le decía papá.

Papá barrió con todos, no solo improvisó más rápido, sino que hizo versos muy bellos, y su voz retumbaba con una fuerza impresionante.

Nos agarró la noche, comimos; entonces la gente nos dijo que nos quedáramos, que ya era muy tarde, y que además cuando se le canta al diablo en esos caminos pasaban cosas raras.

_Me tengo que ir _ dijo papá _ yo le prometí la mai de este que amanecería en la casa.

_ Pero ya no te va a dar tiempo _ le dijo el dueño de la casa.

_Si acorto por la hacienda de Cleto sí me da tiempo.

_¿Por la hacienda de cleto? _ le dijo el hombre sorprendido _ni se te ocurra, allí sueltan de noche unos perros que son unos asesinos, no respetan ni a los dueños.

Tomamos el retorno bajo la mirada preocupada de todos; en pocos minutos estuvimos en la encrucijada que daba a la hacienda de Cleto, saltamos una cerca de púas, las matas de coco se mecían suavemente creando formas de cruces, los cocullos tropezaban con nosotros, la luna se ocultó de golpe bajo una nube espesa y comenzó a escucharse el ladrido de los perros que se acercaban.

_No hables - dijo papá -y no cruces los brazos, ponte detrás de mí, no demuestre miedo, carajo.

Y en un instante estaban frente a nosotros los perros más grandes y fieros que he visto en mi vida, eran cuatro, atados con cadenas, controlados por un hombre alto, con un sombrero negro:

Fuente

_Atrás _ dijo _ fuera de aquí o te suelto los perros.

_Sigue caminando y no hagas caso _dijo papá.

Solo recuerdo una frase: "San Marcos De León, cúbreme con tu manto".

Las otras cosas las dijo tan bajito que no las escuché.

El hombre soltó las fieras, pero cuando estaban muy cerca de nosotros, cuando parecía que nos iban a matar, se detuvieron, se echaron al piso y comenzaron a llorar como si les estuvieran pegando.

El hombre insistía en que nos mordieran, pero los perros no hacían caso.

Nosotros seguimos caminando sin voltear, a lo lejos escuchamos los disparos del hombre y el aullido de los perros al morir.

Llegamos a casa antes del amanecer.

A los pocos días los hombres del canto estuvieron de visita en la casa, y escuché que Cleto había muerto de golpe, durmiendo, que ni siquiera tenía fiebre, que un espiritu se lo había llevado.

Invito a mis amigos @solperez, @marcybetancourt y @adeljose. Aquí la información

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