Steem Women club Engagement Contest4/ "Entre la literatura y la música"

En esta etapa de mi devenir existencial, he tratado de simplificar significativamente las tareas que me impone la realidad. Esto no quiere decir, por supuesto, que carezca de proyectos, de nuevos emprendimientos que contribuyan a darle sentido a la vida para tener alicientes que me impulsen a seguir adelante; significa que, después de un extenso sendero transitado, el presente y el porvenir se enfrentan desde una perspectiva mucho más sosegada, que las metas a las que me dirijo han sido reflexionadas, de minuciosa forma, para que las urgencias no atosiguen la tranquilidad que debe prevalecer durante estos tiempos.

_{Imagen creada con PowePoint y Bitmoji.}

Mi vida, por lo tanto, se encuentra nítidamente delineada dentro de una agenda que no me impone un plan inquebrantable con plazos de vencimiento, pero sí contempla el alcance de grandes y hermosos logros, por los cuales trabajo cada día, con denuedo y sin apuro, con la esperanza de que se hagan realidad para que el orgullo propio, así como el de mi esposa que nunca deja de apoyarme y el de la familia en general, celebren su consecución como un acto de amor alcanzado con honesta dedicación.

Las actividades físicas

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En el aspecto físico, mi existencia se centra en mantenerme en forma para que el bienestar corporal me proporcione dinamismo, estabilidad, y contribuya a mantener alejadas las enfermedades que pueden deteriorar seriamente la salud. En ese sentido, cada día muy temprano, me dedico a ejercitarme en un centro gimnástico al aire libre que se encuentra ubicado muy cerca de mi residencia. Todas las mañanas, junto a mi esposa, nos entrenamos durante dos horas continuas, que ambos aprovechamos al máximo. Primero realizamos ejercicios de calentamiento, luego caminamos o trotamos y por último utilizamos los instrumentos de ejercicios dispuestos en el centro de entrenamiento.

Otro factor que tomo muy en cuenta para preservar la salud física, es la alimentación. Aunque no llevo una dieta estricta que contemple las estadísticas, de forma pormenorizada, de la cantidad de proteínas, grasas, fibras, glucosa y todo lo demás, sí me cuido de ingerir, sin ningún control, todos esos alimentos que pueden alterar el buen funcionamiento del cuerpo. Cabe destacar, además, que cuando el presupuesto lo permite, una o dos veces al año, me hago un chequeo médico completo, con el propósito de prevenir posibles malestares.

_{En las máquinas de ejercicios en el gimnasio al aire libre/ Imágenes propias.}

La dimensión intelectual

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En cuanto a la dimensión intelectual, durante estos últimos años, me dediqué a crear, a producir, a convertir en realidad, todos esos planes que tenía en mente, pero que no los había abordado con la debida seriedad que reclamaban. Para ocuparme de ellos tuve que renunciar primero a mi empeño de leer cuanto libro me cayera en las manos y dejar de lado la pretensión de conocer todo lo referente al escenario poético y musical de mi país. No se trata, por supuesto, de que renuncié por completo a estas actividades, sino que opté por atender aquellos casos que, según mi criterio, valían la pena.

Una vez que comencé a dedicarme, como es debido, a esos proyectos que estaban guardados en mis inquietudes, he logrado hacer realidad algunos de ellos, mientras que otros se encuentran a mitad de camino, por lo tanto, mi trabajo continúa con mesura, pero sin descanso.

Una de las metas cumplidas fue escribir algunos de esos libros para los que tenía un sinfín de notas acumuladas, sin embargo, nunca me había sentado a redactarlos con la finalidad de verlos concluidos. En efecto, en cuanto me decidí, estuve seis meses componiendo el manuscrito de una obra que lleva por título El diario de un desocupado. En el momento en que estuvo lista, la publiqué en un famoso portal de libros on line. Como escritor principiante, al fin, no he logrado vender un gran número de ejemplares, pero tengo el orgullo de observar mi texto en la web, junto a otros del mismo estilo literario. Dos libros más de mi autoría se encuentran en mis archivos en búsqueda de los caminos adecuados para salir a la luz. En cualquier momento aspiro a verlos publicados.

Sin embargo, no solo me he dedicado a escribir libros. Me dispuse también a crear tanto la letra como la música de unas cuantas canciones que han sido grabadas, más que todo, por grupos musicales de la región oriental venezolana. En esta actividad había incursionado desde que era apenas un adolescente, pero lo hacía de forma esporádica, sin regularidad ni constancia. En estos últimos tiempos, en cambio, un buen número de melodías han brotado de mi inspiración para convertirse en otro emprendimiento que sueña con expandirse mucho más allá de los ámbitos a los que, hasta ahora, ha llegado.

Dentro de este mimo ambiente musical, otro gran proyecto que llevé a cabo junto con los profesores de la Universidad de Oriente, fue la creación de un grupo de canto, denominado El Parrandón Udo-Anzoátegui. La pandemia reciente que mantuvo preocupado al mundo y la crisis de nuestro país colocaron en pausa las actividades de este conjunto, pero logramos hacer realidad dos producciones discográficas, en las cuales me desempeñé como Director y muchas de mis canciones forman parte de ese repertorio que se convirtió en un legado melódico de nuestra institución universitaria.

A estas actividades que, a grandes rasgos, he descrito, me dedico en la actualidad como una manera de alcanzar esas aspiraciones que siempre estuvieron en mis perspectivas, pero que el trabajo formal y las preocupaciones cotidianas servían de excusas para que no se desarrollaran a plenitud. Otra de las fuentes para dar rienda suelta a la creatividad, desde hace un año, y a la vez obtener ganancias económicas es Steemit, pero esta es una historia para contarla, con más detenimiento, en otra oportunidad.

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Invito a los amigos: @tahispadron, @kawsar y @felixgarciap.