Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #28 / Angustia Nocturna
Hola a todos mis amigos y compañeros de Steemit, en esta ocasión traigo mi participación de un concurso dado por parte de nuestra amigo @adeljose el cual como siempre es una idea fabulosa que nos permite mostrar nuestra creatividad.
También quiero agradecer a esta comunidad por permitirnos realizar este tipo de concursos que nos ayudan a desarrollar nuestro conocimiento y habilidad en la escritura. Espero les guste mi participación.
Angustia Nocturna
Desperté a media noche, nervioso y sudado, mis manos temblaban y tenía ese presentimiento de que alguien me observaba. Mi corazón latía intensamente, casi como si fuera a salir de mi pecho, mis ojos lloraban incontrolablemente; sentí el más puro e intenso de los miedos.
De la nada escuche un movimiento cerca de mi cama, voltee y no había nada ahí. Toda esa noche no pude conciliar el sueño pensando en que ocurría en mi hogar. La oscuridad se cernía sobre mí.
Mi nombre es Juan, tengo diecisiete años. Soy un chico alto de piel canela y ojos oscuros. Vivo en una pequeña ciudad bastante antigua, a donde recientemente me había mudado. Fue difícil al principio ya que estábamos en plenas vacaciones, imposible para mí de hacer nuevos amigos en ese lugar. Sumado a ello mis vecinos eran bastante… particulares, o mejor dicho daban la sensación de querer encerrarse en sus casas solo al vernos. Lo sé, es algo extraño.
Las semanas que habían pasado, estuvieron constantemente centradas a conocer el lugar y adaptarnos al nuevo ambiente. Nuestra casa chocaba con la linde de un bosque a través de nuestro patio trasero, solo separados por una cerca bastante baja, sin embargo fue una gran compra, dos plantas, cuatro habitaciones, tres baños; una cocina, comedor y sala de estar bastante espaciosos, un recibidor y además su propio jardín delantero y un patio trasero. Y a un precio bastante barato, mis padres no lo dudaron ni un segundo.
Sin embargo con los días, me di cuenta de que algo extraño pasaba. No podía ir a ningún sitio sin sentirme observado, era como si algo me siguiera a cualquier lugar donde iba. Tomando en cuenta eso y el comportamiento de los vecinos, era imposible no sentir la incomodidad. Cada noche escuchaba ruidos en mi ventana, pero solo los ignoraba ya que las ramas de un árbol cercano solían chocar con ella, pero aun así ayudaba a crear un ambiente poco agradable para mí. Si mis padres percibieron esas malas sensaciones, no lo mencionaron, quizás por no querer demostrar que no estaban del todo a gusto con su compra.
Un día, después de varias semanas de incomoda residencia, mis padres me solicitaron ir a la tienda por algunos artículos; no me atraía la idea ya que la gente se comportaba muy extraño y nos solían ver raro, como si nuestra presencia perjudicara a su comunidad. Sin embargo me encamine a cumplir con mi tarea.
La tienda se encontraba en una zona algo alejada de casa, el asfalto de la calle dejaba ver muchas marcas y grietas de un lado a otro. El estacionamiento del establecimiento se encontraba vacío, con las marcas para cada carro desteñidas. Básicamente era un enorme rectángulo color amarillo y rojo, similar a un McDonald, pero completamente desteñido como si necesitara una mano de pintura, árboles secos y sin una sola hoja se posaban a los lados de este, como dos guardianes, las nubes dejaban ver una mañana triste y gris, con el color despintado del lugar era una imagen bastante triste, lo único brillante era el anuncio en la parte superior que brillaba de neón.
Cuando entre, el lugar estaba vacío, recogí lo que necesitaba y camine a la caja, sin embargo no había nadie ahí, llame y espere una rato y nada, me disponía a dejar el dinero y volver a casa pero de repente salió de la nada un joven con un cigarro en la mano. Explicar su apariencia es algo extraño, usaba pantalones amarillos con franjas naranja y una franela purpura, encima de esta un chaleco color naranja similar a los usados por los encargados del tráfico y paso de peatones. Tenía una apariencia bastante vieja pero a la vez joven, su barba enmarañada le llegaba hasta el pecho, y su rostro era delgado con ojos tristes. Parecía más que todo un vagabundo.
Me observo y chequeo mis productos; cada tanto me daba una mirada extraña y dejaba ver los dientes desteñidos y amarillos, apenas di el dinero salí prácticamente corriendo del lugar, la incomodidad que traía era enorme, iba tan rápido que no fui capaz de notar a una chica que se encontraba parada ahí.
Ay! – exclamo ella – para la próxima mejor tírame al pavimento – me dijo
Lo siento, no fue me intención; solo iba algo apresurado – dije
Ella me miraba de arriba para abajo y note que sus ojos se abrían de impresión, unos ojos bastante impactantes, era de un azul cian tan profundo que no parecía natural, lo que me dejo bastante impresionado. Su piel era bastante pálida pareciendo que sufría de hipotermia, y su pelo de un castaño claro.
Estuvimos hablando un largo rato en el que ella fue bastante amables, en comparación con el resto de pobladores de la zona. Su nombre era Luisa, y había nacido en aquel pueblo, toda su familia también. Aunque a los poco minutos me dejo ver que no le gustaba el lugar, demostrando su impaciencia por largarse del mentado pueblo.
No se cómo sucedió pero hablar con ella era muy agradable, me sentía a gusto por primera vez después de muchas semanas. Tanto así que no me di cuenta que pasamos dos horas solo en media de charlas. Cuando me percate, me disculpe le di mi número telefónico y salí corriendo a casa, esperando que mis padres no se preocuparan.
Pasaron varios días y no supe nada de esta chica, luego cuando mis padres salieron a sus respectivos empleos, yo me quede haciendo algo de limpieza en la maleza del patio trasero. En ese momento me sobresalte mucho porque ella, Luisa se encontraba justo en la cerca recostada del lado del bosque mirándome.
Me explico que fue a dar un paseo al bosque y dio un pequeño desvió y justo salió detrás de nuestra casa y me vio. Igual me pareció bastante sospechoso pero no dije nada al respecto.
Esa secuencia se repitió bastante, ella llegaba a mi casa aproximadamente a la misma hora, cuando mis padres no estaban y pasábamos horas charlando. Ya tenía un mes y medio en el pueblo y la semana entrante iniciarían las clases. Le comente esto y puso cara de disgusto.
Hacía calor, mi mente daba vueltas, estuve mucho rato dando vueltas en la cama esa noche. El viento azotaba en contra de las ventanas. Sentía frio pero el sudor perlaba mi frente y mi espalda. En algún momento, sin más, me quede dormido. Caí en un sueño muy profundo. Imágenes corrían por mi mente, caras y muecas espantosas, formas abstractas y otras terroríficas. Me desperté.
La cabeza me daba vueltas, todo era oscuridad; aun me tomo un momento adecuarme a la realidad y saber dónde estaba. Las sabanas se encontraban completamente mojadas de mi sudor y mi cuerpo brillante ante la tenue luz que desprendía la ventana casi inexistente de la luna.
Como tantas noche previas había acontecido estos sueños, se cernían sobre mí y me llenaban de terror. Al igual que otras ocasiones escuche ruidos en mi cuarto, gire y no había nada.
Repentinamente la puerta de mi habitación se abrió. De la rendija que se iba haciendo cada vez más grande pequeñas líneas se asomaban, eran negras y consecutivas pero con separaciones entre ellas, cada vez que la puerta se empujaba más, estas se volvían más alargadas.
Poco a poco, las líneas negras perdieron forma, tornándose irregulares, y arremetieron contra el marco, donde se crearon fisuras. Poco a poco se veía una unión entre estas, plana y negra. Muy tarde me di cuenta que era una mano. Todo esto sucedió en segundos pero por algún motivo lo veía en cámara lenta en mi cabeza, aun así no comprendía que observaba.
Entonces llamé
- Mamá, Papá, ¿son ustedes? – exclame
De pronto la puerta se abrió dejando ver una figura oscura y extraña, era como una persona pero grotesca, su cuerpo era deforme y torcido, una pierna era más larga que otra, y parecía envuelto en una masa flotante. No podía ver su rostro pero si sus ojos. Dos puntos blancos sin ningún color, fijos en mí.
Mi cuerpo tembló, no sabía que pasaba y un pequeño grito ahogado salió de mi boca. La cosa salto hacia mí. Corrió por toda la habitación y salto sobre la cama. Grite.
Sus garras se clavaron en la cama, esta crujió horriblemente, su baba y respiración me daban a la cara. Su boca, era enorme la abrió ante mis ojos mucho más grande que una cabeza, dejando ver múltiples dientes como de un tiburón, patalee y chille. En el ajetreo se movió la lámpara de noche pegada a la cama y cayó al piso haciendo ruido. En ese instante se distrajo y la empuje. Pesaba demasiado sin embargo el momento me sirvió.
Las piernas temblantes salí corriendo dentro de la habitación. Aunque era deforme y sus piernas no eran iguales era veloz, y yo tenía el miedo por cada parte de mi cuerpo, pero también la adrenalina. Corrí por el cuarto y Salí rápidamente, no sin antes halar la puerta, la cual no se cerró pero si interrumpió a la criatura.
Di tropiezos en el camino, me sudaba todo el cuerpo y sentía mi fin acercarse. Baje las escaleras velozmente, pero la criatura situada en la parte superior hizo un sonido gutural. Mi error fue voltear. Esta se encontraba posada al inicio de las escaleras, sus abrazos alargados y piernas retorcidas se abrían como una gran “x” del techo y el reposa brazos de la escalera, su cabeza estaba al revés. Salto y yo solo huí.
La bestia callo sobre mí. Me giro con intensa fuerza, mientras expulsaba gritos de terror total. Vi como sus dientes se aproximaban a mi cara y mis gritos se perdían en la noche.
Desperté en mi cama, algo confundido, ese sueño o mejor dicho esa pesadilla había sido muy real.
Baje a desayunar, y no escuche ni un solo ruido. Me acerque a la habitación de mis padre y no vi a nadie. Sin embargo su cama se encontraba descompuesta. Me alarme, ya que ellos eran personas bastante centradas en el orden.
Volví a la planta baja, y no había nadie ni en la cocina, ni en el cuarto. Vi la hora y eran apenas las seis de la mañana. Era imposible que hubieran salido a trabajar aun. Busque mi celular, e intente llamar. No sonaba siquiera.
Espere un gran rato y nadie volvió. No había notas, ni explicaciones. Conocía bien a mis padres jamás me dejarían solo así, siempre me hablaban antes de salir, y si estaba dormido se encargaban de despertarme para no quedarme en sueños toda la mañana. Esto era muy fuera de lugar.
Ni siquiera tenía apetito, y no sabía qué hacer, di vueltas por la casa y estaba muy preocupado; más de una vez sentía ganas de bajar a un pequeño sótano. Pero era un lugar cerrado y Papá no había tenido con que abrir la cerradura. Algo que dejamos para luego, cuando tuviéramos herramientas. El punto es que ni me quería acercar ahí, su estuvieran abajo se escucharían ruidos o ya abrían subido.
Me desperté, las llamadas a la policía no caían, así que decidí salir y pedir ayuda esa situación me asustaba.
Camine por las calles y hable con varios vecinos, que solo me ignoraban según pasaba. Pase por donde el trabajo de mis padres, y en ninguno me abrieron la puerta siquiera. Así que fui a la policía donde le hable a los oficiales y solo me dejaban ahí sollozando. Solo uno me miro directamente y con cara fría y dijo “Ya me pongo en ello, ve a casa” y comenzó a llamar a sus compañeros.
Varios de ellos se fueron en sus patrullas, y no me dieron mayor explicación, corrí a casa para ver si habían regresado mis padres. Cuando llegue varias patrullas estaban en el lugar. Y la puerta de la casa se encontraba abierta. Cuando entre nadie reparo en mi presencia.
La puerta del sótano estaba abierta y los policías entraban ahí, cuando baje observe, no mucho la verdad, ya que no había luz. Solo el resplandor de las linternas de los policías me permitía observar algo. Lo que logre ver hizo que mi ser temblara.
En el piso se encontraba el cuerpo de mi madre y de mi padre, o lo que quedaba de ellos en pedazos, y había otros cuerpos también, vi que al lado se encontraba el de una mujer, bastante disecado y lleno de gusanos con moscas cubriendo su rostro, aunque la encontraba muy familiar. Cuando de repente…
- Lo lamento – exclamo una voz detrás de mí.
Mi gire para encarar a esa persona que me molestaba y trataba de fingir empatía frente a la muerte de mis padres.
- Tu – dije – pero…eres?
Mi mente se revolvió, era Luisa. Su ropa era exactamente la misma que de la dama disecada, me asuste y la mire con horror
- Ahora somos iguales – me dijo, mientras señalaba con su dedo
Cuando gire la mirada seguido por su dirección logre ver algo que heló mi sangre, si así se puede decir. El cuerpo de un joven ensangrentado y sin rostro. Al fijarme más logre reconocer mis manos y mi ropa para dormir.
Volví atrás en mis recuerdos, y ponía atención a mis acciones. No había abierto puertas ese día, solo aparecía en el lugar, toque mi teléfono y de repente este se deshizo en mi mano.
Luisa señalo arriba y aparecimos sobre el jardín. Los policías se encontraban conversando, con mucha seriedad, los vecinos se asomaban de un lado a otro. De repente el policía que me había escuchado antes se volteo.
El señor se acercó a nosotros, nos miró a los dos con mucha curiosidad y con aire de gracia a pesar de presenciar tantos cuerpos muertos.
Su mirada se clavó en mi por completo y en un momento sin más ya no estaba el hombre, ante mí se hallaba un montículo de piel negra como el alquitrán, grasosa y quemada, con una joroba y una cabeza demasiado grande, ojos blancos como la leche que me comían por completo, sus patas irregulares, sus brazos demasiado largos y terminantes en garras y su boca que se extendía de un lado de la cara a otro, se abrió para darme una sonrisa.
Solo nos dio unas palabras.
- Niños míos, mis bebes – lo pronuncio con una voz como si mil cuchillas se encontraran entre si – es hora para una nueva familia, yo soy su padre ahora.
Fin
Para todos aquellos que deseen realizar este fantástico concurso, les dejo el enlace para que se informen de las reglas y en que consiste.
Saludos amigo @ysaac
Inquietante historia llena de terror donde usa supuesta pesadilla deja ver el horrendo ataque que sufre una familia por una bestia de la oscuridad.
Gracias por su entrada al concurso.
Participante #28