Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #21" El destierro del mal: por @yordije23

El destierro del mal

Magdalena era una chica común y humilde que vive junto a su hijo, ellos eran otra familia más de un pueblito que parecía congelado en el tiempo; todo estaba muy antiguo. Este lugar llevaba por nombre “El pueblo de Baico”, donde había pocas personas, las cuales se dedicaban a la caza y cría de animales. El pueblo de Baico lo conocían por ser el más longevo de la región, y también se distinguía de los demás por sus historias y misterios que allí se escondían.

Una tarde calorosa, Magdalena se encuentra aseando su hogar cuando de pronto nota que u su pequeño hijos empieza a enfermase, ella desespera y no sabe qué hacer. Se vio obligada a contactar a su prima Rubi, que vivía a escasos minutos, para que la acompañara a llevar a su hijo a la curandera del pueblo. Su prima no pudo acompañarla porque se encontraba ocupada haciendo otras cosas. A Magdalena no le quedó otra opción que ir a ese sitio ella y su niño.

Pasadas varias horas, Rubi decide ir buscar a su prima Magdalena, cuando va caminando se encuentra con el cuerpo sin vida de su prima, y el niño en el suelo llorando. Todo parecía muy extraño. Como pudo lo cargo y los llevo a casa de la curandera, pero ya era demasiado tarde, tenía unos minutos de haber fallecido.

Como era costumbre en ese pueblo, a los fallecidos se la hacían funerales en sus hogares, donde los familiares y amigos les rezaban al cuerpo en el ataúd, esta era una ceremonia que podía durar varios días. Una viejita del pueblo era la encargada de dirigir y hacer las oraciones.

En medio de la ceremonia la viejita empieza a sudar y temblar, comienza a decir disparates. Decía que sentía mucho frio. Tanto fue el escalofrió que sintió que no pudo continuar. Todos los presentes se quedaron sorprendidos. Minutos más tarde Rubi comienza a llorar de manera muy extraña, con unos quejidos que parecían de animales. Y de pronto se transforma, y del llanto pasa a la risa, era algo diabólico, entre risas y llantos, ella gritó:

-¡Yo soy magdalena!, no me quiero ir, ¡me han matado!, ¿Dónde están mis hijos? ¡Quiero ver a mis hijos!.

Los pocos presentes salieron desconcertados y asustado por lo que estaban presenciando, el único que se quedo fue Mateo, un viejo del pueblo, que conocía de magia negra, y podía entender algunos de los oscuros misterio del más allá.

Mateo se le queda viendo y trata de hablar con Rubi, y puede constatar que se trata de una posesión de cuerpo, y en efecto parecía ser Magdalena apoderada de su prima. Él le pregunto:

-¿Eres Magdalena? ¿Qué vienes a buscar?.
Ella contesto: ¡Ella me mato!, ¡ella me mato!. Era lo único que decía.

A cabo de unos minutos pudo calmarse, cerrando los ojos y respirando muy despacio, se podía escuchar sus suspiros. Luego abre los ojos y Rubi se queda viendo al viejo Mateo, muy asombrada preguntándole: ¿Qué pasaba?, y ¿Dónde están todos?. Él le pregunto que si no recordaba nada, a lo que le contesto; ¡que no!.

Mateo empezó a tener muchos sueños macabros, donde veía a Magdalena ahorcada en un árbol muy tenebroso, y ella casi moribunda le pedía ayuda, levantando sus manos, cuando de pronto veía salir sangre de su boca, en ese instante se despertaba todo sudado y tembloroso.

Más tarde en la noche, fue a visitar a Rubi y también al hijo de la difunta ya que ella estaba a cargo del niño, comenzaron a hablar de cosas de su prima fallecida. Cuando de pronto empezaron a escuchar unas carcajadas que provenían de una habitación de la casa, lo cual era una señal de algo maligno, puesto que allí solo estaban ellos tres.

El viejo Mateo le comenta la idea a Rubi, de que deben hacer algo para conocer que le paso a su prima, y de esta manera ayudar a su alma a que pueda transcender. Ella estuvo de acuerdo por lo que se dirigieron a la casa de Magdalena a hacer un ritual de hechicerías y magia negra, para que el alma de Magdalena volviera a entrar en el cuerpo de Rubi.

A si mismo sucedieron las cosas, Rubi empezó a gritar muy enloquecida, y correr por todo los alrededores de la casa, sentándose en suelo de arena , como que fuese una niña abrazando sus rodillas, decía con una voz casi bajita; “Aquí esta lo que me mato”. De pronto se levanta y señala con sus manos la casa vecina, la cual le pertenece a la anciana que le estaba dirigiendo las oraciones, y luego de eso cae desmayada.

Mateo muy sorprendido por lo que había visto, va corriendo y despierta a Rubi que esta tirada en el suelo. Ella igual que la otra vez, no comprendió nada. En ese momento el viejo Mateo comienza a hacer un hoyo en el suelo, cabo muy profundo encontrado un frasco de vidrio grande todo sellado y en su interior contenía algo muy macabro, como una semilla de aguacate, con dibujo de una cara, cabellos, una zapatilla de la difunta, y lo que parecía ser resto de la osamenta de un cadáver humano, se trataba de un conjuro.

Mateo se fue al rio más cercano, rompiendo el envase y luego lanzándolo en las fuertes corrientes de aguas. Después se sienta en la orilla de este rio, cuando puede ver la silueta de Magdalena al otro lado, perdiéndose entre los matorrales.

¡Gracias por leer mi post!

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Todas las Imágenes fueron dibujadas y capturadas con el teléfono BLU C5 2019 por @yordije23