Diario / Miércoles 10 06 2020 / Escrito original de @theatrorve / 100 DAYS OF STEEM: The Diary Game

Anoche después de ducharme y ya dispuesto a dormir, tocan la puerta de mi habitación. Abro la puerta y allí está mi sobrino quien me notificaba que un amigo y vecino próximo a la casa había ido a anunciar que mañana habría venta de gas doméstico y que fuésemos a llevar las bombonas que estuviesen vacías en la casa. Mi sobrino me comentaba eso ya que quería que lo acompañara a hacer esa labor y que para eso deberíamos salir de casa más tardar a la 5 de la madrugada para no quedar tan atrás en la cola que imaginábamos que se formaría.

A las 4 y 30 de la madrugada suena el despertador sacándome de un profundo sueño. Toda la noche la lluvia cayó y el clima estaba realmente entre fresco y frio. Un poco más de lo último. Nada me levante, vestí, me asee y salí dispuesto a cumplir el cometido. Pero todavía llovía y así siguió más o menos hasta las 7 de la mañana hora que fue que empezó a mermar la lluvia.

Ya casi dejando de llover salimos a la calle a llevar las bombonas. Lo irónico es que después de quejarnos porque no dejaba de llover resulta que esa situación no trajo una ventaja. La mayoría de las personas que irían a comprar el gas se habían quedado dormidas o asumo algo parecido ya que cuando llegamos a la despachadora del gas que queda aproximadamente a uno 800 o 900 metros de la casa donde vivo, no había absolutamente nadie. Así que nos atendieron allí mismo. Claro no todo fue color de rosa. Resulta que teníamos que dejar la bombona y esperar uno 6 o 7 días para retirarlas cargadas. No todo es como uno quiere.

Retorne a casa y me dispuse a colar café. Al término de la colada de café, llene mi tarro con café, busque mis cigarros y encendedor en mi cuarto y salí al patio tanto a fumar y tomar café como a supervisar, como lo hago todos los días, el huerto.

Ya estando en mi menesteres allí me vino un pensamiento gracioso mientras observaba el árbol de mango que está en el patio trasero de la casa. Desde que empezó la temporada de mango, más concretamente cuando la carga del árbol estaba ya a punto de dejar de ser fruto verde y entraba en la etapa de pintón, comencé una guerra contra los pájaros que visitaban el árbol.

Una guerra que debo ser honesto voy perdiendo de a calle. La ventaja numérica y sobre todo, el hecho de ellos poder volar, han hecho que no tenga oportunidad de ganar la pelea por los frutos del árbol. Así que cuando empezaron a madurar los mangos la guerra no era tan intensa. Pero a medida que la temporada iba avanzando hacia su fin y empezaba ya a acabarse el fruto, este último se convirtió en motivo de discordia entre las aves y yo.

Se reirán y dirán que son pendejadas mías pero en verdad es que es una guerra injusta. X cantidad de pájaros contra mi persona.

Veía el árbol hoy en la mañana y pensaba que había sido de suerte que lloviera así las aves no se comerían los pocos mango que quedan en el árbol. Pero no había analizado que ellas no podían volar por la lluvia, pero yo tampoco podía subirme al árbol mojado y menos si seguía lloviendo. Como para completar lo injusto de la pelea para mí, escampo ellas, las aves, empezaron a volar y llegar a los frutos y yo no podía subir al árbol a tomar sus frutos porque seguía mojado y por consiguiente peligrosísimo para treparlo.

Así que nada sigo perdiendo la guerra.

El resto del día la pase prácticamente en la computadora. Entre las páginas de deporte, investigaciones que hacía de ciertos temas, leyendo noticias, steem, entre otras cosas que vi en la red a excepción de las paradas para consumir agua, preparar comida y consumirla y una que otra visita al baño.

Ya entrada la noche después de cenar estoy acá escribiendo el diario Steem y al terminar de montarlo en la página.

Luego a lo mismo de todas las noche. Una ducha y después a descansar hasta mañana.