El Dorado es una tierra llena de agua y vida natural, que oculta especies conocidas y desconocidas por el hombre, entre las aguas del río Areo se cuentan historias que pueden sorprender hasta al más valiente aventurero.

En un día normal en un canal muy pequeño de ese río se encontraba una de las muchas embarcaciones de tamaño pequeño, allí habían 10 hombres tratando de pescar y llevar los peces al mercado para ser vendidos, estos hombres pasaban horas trabajando para cumplir con el objetivo mínimo, pero ese día no pudieron hacerlo debido a que no capturaron ningún pez, aún así no desistieron y siguieron buscando entre los canales del río, pero sin nada de suerte.

Regresaron con las manos vacías y agotados, al comentar lo sucedido con los capitanes de otras embarcaciones dijeron que sus resultados fueron malos también, así que todos se pusieron de acuerdo para obtener una respuesta a tan curiosa y misteriosa situación.

Sin ninguna respuesta, apareció un hombre que prometió dar con la respuesta a todo el problema, este hombre era un investigador y buzo que afirmó encontrar el problema y solucionarlo junto a su equipo de investigación.

Los líderes y pescadores se sorprendieron de que ese hombre desconocido quisiera entrar a las oscuras aguas del río Areo del cual sabían que habían criaturas de gran tamaño. Este hombre llegó a la parte más pantanosa del río pensando que se trataba de un caimán que destrozaba y azotaba a los peces del los canales del río, muchas embarcaciones y hombres fueron con el, todos tenían curiosidad de lo que haría el hombre misterioso.

Al llegar allí primero se colocó su traje de buceo, equipo de buceo y un arpón, se lanzó a la parte más profunda y luego a la zona baja y pantanosa, pero el investigador, científico, buzo y aventurero Americano no sabía lo que le esperaba estando allí en la zona oscura espesa y pantanosa, repentinamente un gigantesco animal similar a una serpiente de agua lo capturó dándole varias vueltas en su cuerpo y ahogandolo.

Allí los hombres nativos del pueblo fueron testigos del extraño incidente que dió como resultado las historias y mitos de la anaconda gigante, lamentablemente los pescadores no pudieron ayudarlo y sus compañeros investigadores con algo de suerte lograron salir de esa zona del río.

Ahora todos los años del mismo mes en que murió el investigador los peces desaparecen por una semana en el río Areo, los habitantes de dicho lugar conocen y cuentan está historia de generación en generación.