Así, por ejemplo, en el libro "Cuentos de Eva Luna", me sorprendí de leer un relato que tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos cuando vivía en Cumaná y pasaba por el Sector "San Francisco", donde estaba una casa abandonada en la que vivió Hortensia Maestracci, una joven hermosa que fue apartada del mundo por Fernando Inserny, el hombre del que ella se enamoró perdidamente.

La historia de Hortensia, en el libro de Isabel Allende se titula "Si me tocaras el corazón". En este se cuenta que Amadeo Peralta (Fernandito Inserny) era hijo de un pandillero, a quien le interesaba que este siguiera sus pasos por el mundo del bandalismo. Sin embargo, cuando este movimiento de robos dio paso a los negocios de corrupción, el padre de Peralta le exigió a su hijo que se codeara con las muchachas que fueran de linaje, en el pueblo. Esto no le fue difícil a Amadeo, que tenía fama de Donjuán. Pero, un buen día, este hizo un viaje para Agua Santa y allí vio a Hortensia, quien recién había cumplido 15 años. Él la cortejó y ella cayó en su red.

Cuarenta y siete años más tarde, Hortensia fue rescatada del foso donde Peralta la había consumido. Para ese entonces, Amadeo era un hombre millonario y se había casado con la hija fea de un hacendado.

La noticia de Hortensia acaparó la atención de todo el mundo, y Amadeo que ya era un hombre mayor fue a parar a la cárcel, donde:

Cada día, a las diez de la mañana, Hortensia caminaba con su vacilante paso de loca hasta el penal y le entregaba al vigilante de la puerta una marmita caliente para el preso.
-Él casi nunca me dejó con hambre -le decía al portero en tono de excusa...

La verdad es que la historia de Hortensia no terminó así, pues una vez que las autoridades del Estado lograron sacarla del hueco donde Fernandito la había metido; su familia de Ciudad Bolívar la vino a buscar. Mientras tanto, Fernandito negaba haberla encerrado allí. Él tenía poder económico y nunca fue enjuiciado por nada.

Ahora bien, lo que más me fascina de esta historia versionada por Allende es su capacidad de hacernos sentir dolor, pena, tristeza y amor a medida que avanza el relato.

Confieso que leyendo a Allende, he llorado, reído y hasta uno que otro grito he pegado, con lo cual no me queda dudas de que tiene el poder de tocar nuestra sensibilidad a través de la escritura.

Si pudiera preguntarle algo sería: ¿Cómo surgió esa costumbre suya de comenzar a escribir sus nuevos libros todos los 7 de enero? ¿Qué significa esa fecha para usted?

Isabel es una mujer que hace danzar su pluma como si estuviera envuelta en una atmósfera de encanto sin límites.

Invito a mis amigos @genomil. @mariami y @silher. Aquí la información

Todas las fotos son de mi propiedad. Tomadas con mi teléfono Blu. Modelo XL2