@franyeligonzalez nos invita a escribir una historia a partir de la siguiente imagen:

Cuando Jhoan comenzó a subir las escaleras de La Torre Costanera Center sintió que se sumergía en la máquina del tiempo. Siempre fue el consentido de su mamá y de su abuela. Ellas solo le pedían que estudiara y eso hacía: estudiar sin parar. Egresó del liceo con una beca para estudiar Derecho en la Universidad Simón Bolívar; todo el mundo en el barrio lo admiraba. Las chicas le coqueteaban descaradamente, pero Jhoan no tenía cabeza para otra cosa diferente a los estudios.

La primera semana que estuvo en Caracas sufrió una crisis de pánico en el metro; nunca había salido de Cumaná y se sentía como una hoja seca en medio de un parque, sin saber a dónde ir ni con quién hablar. Fue allí cuando Melania lo vio por primera vez. Ella era una estudiante de enfermería de la Universidad Central de Venezuela y por su palidez supo que algo le pasaba. Se le acercó con timidez y le preguntó si necesitaba ayuda. Él se desvaneció en sus brazos, y ella aplicó sus conocimientos de primeros auxilios hasta reanimarlo.

Después de ese breve encuentro entre Jhoan y Melania surgió un sentimiento de apego y de dependencia que logró alejarlo casi por completo de su madre y de su abuela. Las llamadas telefónicas a su casa se fueron apagando como un cigarrillo en un cenicero, y aunque seguía siendo un buen estudiante de derecho ya no era el mejor de su clase, por eso perdió su beca. Melania lo animó a culminar los estudios, y atendía a enfermos a domicilio para que no le faltara nada. Él moría de amor por ella.

El día antes de la graduación de Jhoan, su madre y su abuela habían llegado a la casa de Melania, invitadas por ella. Jhoan lloraba de la emoción ante la sorpresa recibida.

La familia estaba feliz por los logros de ambos. Pero el país ofrecía pocas posibilidades a estos dos jóvenes, así que vendieron todo lo que pudieron y se fueron a Santiago de Chile. Vivían con poco y trabajan duro. Melania consiguió trabajo enseguida como enfermera; en cambio a Jhoan no le servía su título de abogado para nada, y lo emplearon en La Torre Costanera Center como aseador.

Un día Jhoan recibió una llamada de Melania diciéndole que tenía Covid y que casi no podía respirar; como era de esperarse salió del trabajo a verla y allí estaba ella, débil y aislada de todos. Fuero 10 largos días de agonía que se hacían interminables para Jhoan.

Es el décimo piso de La Torre y Jhoan siente que le falta el aliento, llora como un niño, las piernas le pesan para dar un paso más. Descansó un rato para recobrar las fuerzas, pensó en su mamá y en su abuela, creyó escuchar la sonrisa de Melania y su voz tierna. Sintió que no era nadie sin sus tres mujeres. Llegó a la cima de la Torre., casi podía rozar el cielo con sus dedos. Miró a los lados como un ladrón que huye de su víctima; y allí estaban ellas: su mamá y su abuela cumpliendo el último deseo de Melania.

Invito a mis amigos @marcybetancourt, @adeljose y @vivigibelis; aquí la información