VIGÉSIMO QUINTO CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA #WORLD OF XPILAR / Por @sir-lionel

A pesar del poco tiempo de conocerlo, Helen se consideraba afortunada. Marcos era un joven apuesto, y de buena posición económica. Ella no tardó en rendirse frente a tantos halagos y atenciones.

Cuando Marcos le pidió que invitara a su amiga a un viaje en velero, a ella le pareció una excelente idea, Marta acababa de terminar un tormentoso matrimonio.

—Anímate —le dijo a su amiga, mientras esperaban en el puerto —este viaje te caerá muy bien.

Marcos no tardó en llegar, caminaron por el muelle hasta llegar a una pequeña lancha, donde otro joven parecía esperarlos.

—Raúl nos llevará hasta el velero, —les anunció Marcos.

Abordaron la lancha e iniciaron la travesía. Salieron del golfo hacia el mar abierto, no tardaron en divisar el velero.

La pequeña lancha se recostó del velero, un hombre de chaqueta oscura y gorra de marinero tendió una escalera de cuerda, Marcos con una amable reverencia les hizo seña a las chicas que subieran, ellas le obedecieron de muy buena gana.

Apenas las dos chicas subieron, el hombre del velero retiró la escalera y lanzó una bolsa de plástico negro hacia la lancha, Marcos la recogió y la lancha se alejó a toda velocidad, ante las miradas atónitas de Marta y Helen.

—Yo soy el capitán de esta nave—dijo el hombre —ahora las dos me pertenecen, Héctor se encargará de cuidarlas—continuó diciendo, mientras señalaba a un hombre alto y desaliñado que empuñaba un revolver.

Héctor abrió una escotilla y les hizo seña que bajaran por la escalerilla a la parte inferior de la embarcación. La fetidez era horrible, la poca luz que entraba por los sucios ojos de buey, apenas permitía ver los cuerpos de tres chicas acurrucadas en un rincón.

Héctor, sin dejar de apuntarlas, se dirigió hasta un largo cajón, abrió el candado, buscó entre el cajón y sacó una botella de ron, cerró la tapa y subió a la cubierta, cerrando la escotilla.

Helen y Marta se sentaron encima del cajón, la embarcación emprendió el viaje, entre bruscos movimientos debido al fuerte oleaje. En uno de esos movimientos Helen sintió que algo cayó cerca de sus pies, lo miró, era el candado, Héctor no lo había cerrado correctamente, se levantó y abrió la tapa.

En el interior había varias botellas de ron, y un par de remos cortos, Helen tomó un remo y le entregó el otro a Marta, cerraron el cajón y se sentaron con los remos ocultos en sus espaldas.

Transcurrieron varias horas, al fin sintieron el ruido en la escotilla, Helen, con el remo empuñado se ocultó en la penumbra, al lado de la escalerilla. Héctor, revolver en mano bajó la mitad de los escalones, cuando intentó bajar otro escalón, Helen golpeó con fuerza en la pierna apoyada, Héctor rodó por el piso y quedó inmóvil.

Helen subió a la cubierta, el capitán se encontraba de espalda maniobrando el timón, Helen se acercó cuidadosamente y descargó el golpe sobre la cabeza, pero un movimiento de la nave la hizo fallar, el capitán giró, y de un manotazo en el rostro la hizo botar el remo y caer al piso, el capitán se abalanzo encima de ella y la tomó del cuello, las fuertes manos del hombre apretaban su garganta, ya no podía respirar, sonó un disparo, el capitán aflojó el cuello de Helen y se derrumbó. Helen recuperó la respiración y observó a Marta que temblorosa sostenía el revólver.

La solicitud de ayuda que realizaron por la radio no tardó en llegar, recibiendo instrucciones desde las aeronaves, lograron regresar la embarcación hasta el muelle del tranquilo golfo.