Estela, era una joven soñadora, que vivía en el campo. Su casa a solo 10 pasos del río, y rodeada de árboles frutales.

    Nunca Estela había salido a la ciudad, y deseaba hacerlo. Siempre soñaba despierta, imaginaba cumpliendo sus sueños.

    Su familia era muy pobre, y ya estaban padeciendo, por falta de alimento. Un día alguien llega a su casa, buscando una joven para trabajar como doméstica.

    Estela, que había soñado muchas veces con conocer otros lugares, estudiar y conocer otras personas, aceptó la oferta, así ayudaría a la familia.

    Quien le contrató, le dijo que su trabajo era todo lo referente al hogar, y luego de cubrir las tareas podía hacer lo que deseara. Ella decidió estudiar en su tiempo libre. Visitaba a su familia, les ayudaba con comida y dinero.

    Se graduó y continuo con estudios universitarios, convirtiéndose en abogada. Conoció a un joven apuesto, graduado y enamorado de ella. Se casó, viajaron por muchos lugares, tuvieron sus hijos y vivieron por siempre felices.

    Eso ocurrió en los pensamientos de Estela, mientras se lava el cabello en la orilla del río y miraba a las aves volar