Weekly Contest, "Creating Stories Week #3". /Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #3".

Rocio era una muchacha de quince años que vivía con su abuela paterna a las afueras de la ciudad, se quedo viviendo con ella desde hacían ya 4 años que vino a visitarla con su madre, quien desapareció misteriosamente. Desde ese entonces decidió quedarse a esperarla, allí en casa de su abuela, hasta que pueda reencontrarse con ella nuevamente.

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La mayoría del tiempo Rocio se la pasaba sola, ya estaba acostumbrada a estarlo, mientras la abuela trabajaba se entretenía observando por horas el lago que estaba a pocos metros de su patio, solo tenia que cruzar una puerta que la separaba de aquel lugar que amaba. Allí podía ver nadar a un hermoso cisne con un plumaje esplendoroso que a veces se acercaba a ella. Estas dos criaturas crearon un fuerte vinculo, era lo más cercano a tener una amiga.

Cuando salía a la escuela siempre extrañaba a su lago y a su cisne, la escuela la aturdía un poco; ya que no era para nada buena en matemáticas, sólo deseaba escuchar el timbre de salida para ir corriendo a su casa, abrir la puerta trasera del patio e inmediatamente sumergirse en su mundo.

Un día se despertó muy temprano y no vio a su abuela por ninguna parte, buscó el desayuno y no había nada preparado. Su abuela acostumbraba a dejarle el desayuno y el almuerzo listo nada mas de calentarlo, abrió la nevera de prisa y tomo una bolsa de panes dulces y un jugo, los metió dentro de su mochila y siguió directo al lago.

Afuera el ambiente estaba frío, todavía el sol no salía, había tiempo de lluvia. Se sentó y se recostó de un árbol, se tomo su jugo lentamente admirando el paisaje, no le apetecieron los panes, no tenía suficiente hambre para desayunar todavía, sin pensarlo se quedo profundamente dormida por varias horas.

De repente se escucho un estruendoso ruido que la despertó de sobresalto, inmediatamente empezó a llover a cántaros, salió hacia la puerta pero estaba cerrada, pensó que sería la brisa que la cerraría, corrió en busca de un lugar donde refugiarse, se metió debajo de un árbol frondoso.

Se percato que el árbol tenía un hoyo que le resulto curioso, toco con cuidado y se dio cuenta que el árbol estaba hueco por dentro, esta situación le convenía, podía escampar tranquilamente allí y así lo hizo, se metió con cuidado, se sentó y le sobro espacio.

Pasaba el tiempo y todo comenzó a oscurecer, hasta que la noche cayo por completo, de vez en cuando se iluminaba por la luz de la tormenta. Rocio empezó a angustiarse pensando que su abuelita estaría preocupada por ella.

Pasaban las horas y empezó a ponerse cómoda, con tal ! ya no podía hacer mas nada, solo esperar a que la lluvia cesara, se estiro y con su mano derecha tocó una especie de objeto colgando, era algo enredado de una hiedra, lo jaló con cuidado y pudo ver que era una botella con un liquido rosado pálido, la curiosidad la invadía, al poco rato lo destapo y un aroma dulce se impregno por todo el lugar, ese aroma tan exquisito, tendría que ser una miel o algo comestible, sería el efecto del hambre que aquello le resultaba tan apetitoso.

Solo podía pensar en comida, de repente se acordó de los panes que tenía en su mochila, los saco y le dió una mordida a uno, pero lo sentía muy seco, difícil de tragar, se imaginaba el sabor de aquella dulce miel sobre su pan, seria la combinación perfecta.

Seguramente a alguien que pasaba por allí se le cayó y quedo enredada entre las hiedras, entonces decidió probar un poquito y como no le sucedió nada, se hecho un poco mas, guao!!! era cierto lo que se imaginaba, aquél sabor tan exquisito... jamás pensó que existiría, de repente recordó que ese aroma le era un poco familiar.

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Se quedo pensando en eso, y de repente recordó que ese mismo aroma lo percibió la noche antes de que su mamá desapareciera, recordó que su abuela le hizo una cena especial de despedida a su madre y que no le permitió comer a ella.

Ya estaba todo claro, ahora por culpa de su abuela ella también desaparecería como su madre, lloro de angustia, temblaba de rabia, se calmo y vio que seguía normal, cerro sus ojos y ya no quiso pensar en nada mas, hasta que el cansancio la venció y quedo se dormida…

A la mañana siguiente se despertó junto al lago y miró al cisne, respiro profundo se sintió tranquila, todo estaría normal, el cisne le dijo:

Hola! por fin despertaste hija mía…

FIN