Mi entrada al concurso..

Suenan las alarmas en la ciudad, un tornado se aproxima, con vientos de 140 kilómetros por hora, en su paso solo ha dejado destrucción y desechos, arrancando árboles de raíz, haciendo volar casas y autos, muchos escombros son lanzados a cientos de metros de distancia. Se calcula que tarde unos 45' en llegar a la ciudad. Sus dos hijos están en la escuela y ud está en su trabajo a 15' de ellos, el refugio está a 15' después de la escuela, se caen las torres de comunicación, no hay señal para celulares, lluvias y vientos azotan la zona...

Salgo de mi trabajo a toda carrera, me monto en mi vehículo y voy en busca de mis hijos, vientos fuertes están llegando previo al tornado, muchos escombros están cayendo, otros vehículos andan zigzagueando para evitar escombros, algunos en su afán de llegar a algún lado a buscar refugio chocan con otros vehículos y objetos fijos, muchas personas corren buscando la protección en alguna estructura fuerte, trato de comunicarme con los chicos y nada, las comunicaciones están muertas.

Ya estoy cerca, faltan dos cuadras para llegar, de repente, un auto me embiste, salió de alguna de las casas sin mirar, me golpeé la cabeza contra el volante, estoy un poco aturdido pero debo llegar a la escuela, mi auto no arranca, me bajo y empiezo a correr, al llegar a la escuela están evacuando y llevando a los muchachos al refugio, están saliendo los autobuses, empiezo a preguntar por mis hijos, me subo en uno de los autobuses, nada, están mezclados, me subo en otro, nada, de repente la maestra de Ben me dice que él ya está camino al refugio, lo subió a un bus hace 10 minutos, falta Sofia, la maestra me ayuda a buscarla, me señala el sitio donde debió estar y no la encontramos, buscamos en los otros autobuses, nada.

Sofía es muy temerosa de las tormentas, cuando llueve, tiende a esconderse en el closet o en el armario del baño, debo revisar, no creo que halla subido al autobús. La maestra sigue conmigo, me ayuda a buscar dentro de la escuela, llegamos a su salón, buscamos en los armarios, en el baño, nada, la maestra me dice que ella siempre usaba el baño de la maestra del salón de al lado, fuimos hasta allá, buscamos, nada, los armarios estaban todos revueltos, cuando ya iba a salir del salón, escuché un grito: ¡PAPI, aquí estoy! Sofía estaba debajo del escritorio, la levanté, la abracé, Gracias a Dios!, la maestra me dice, corramos, salgamos de aquí.

Corrimos hacia la salida, buscamos a ver si quedaban autobuses, nada, todos se habían ido, busqué un auto que encendiera, nada, avanzamos hacia el refugio, los vientos eran cada vez más violentos, objetos livianos eran lanzados por todas partes, las alarmas seguían encendidas, todo era caos, pocos vehículos habían transitando, encontré un auto abandonado encendido, había golpeado una acera y estaba atascado, me monté en él y entre una y otra maniobra logré sacarlo, se subieron la maestra y Sofía, aceleré hacia el refugio, varias personas aún corrían, muchos autos abandonados en media calle dificultaba que avanzara rápido, estabamos a 10' del refugio pero los vientos eran más fuertes y ahora empezó a llover con intensidad, es muy poca la visibilidad.

Avanzamos y de pronto un árbol tapaba la calle, no había manera de pasarlo, la maestra me dice ¡Ahí! señalando una casa de ladrillos, vieja pero fuerte, salimos del auto, corrimos hacia la casa, la maestra me dice: es la casa de los Willians, yo jugaba aquí en su sótano, es fuerte y es seguro, entremos! Llegamos a la casa, no había nadie.entramos al sótano, en verdad se veía fuerte, buscamos un lugar seguro, nos pusimos debajo de la escalera, nos sujetamos con algunas correas que encontramos. Un ruido espantoso se hacía cada vez más y más fuerte, se escuchaban los escombros rodar por todas partes, un silbido muy agudo, intenso... y luego una calma, la tormenta se alejaba, los vientos disminuyeron, aunque la lluvia seguía, la misma era cada vez más tenue y ligera.

El tornado había arrasado con todo a su paso, la mitad de la casa se había derrumbado, apenas logramos salir caminando por sobre los escombros. Había que llegar al refugio, hay que buscar a Ben les dije, y empezamos a caminar, cada cuadra encontrábamos personas heridas, ayudamos a los que podíamos, pero tenía que llegar a donde estaba Ben, al doblar la esquina y estar apenas a 100 mts del refugio, ahí estaban los niños, saliendo del gran sótano, en compañía de los maestros y policías, algunos padres y otras personas, escuché un grito... ¡Papá!, por aquí, aquí estoy... era Ben, por fin nos logramos reunir los tres. Los abracé y después de constatar que estaban bien, les dije, cuando llegué mami, vamos a tener una gran historia que contarle!