Las cosas muchas veces no suceden como nosotros lo esperamos, pero eso no significa que tengamos que rendirnos porque algo no resulto como lo esperábamos. Cuando en verdad quieres lograr algo o tienes una meta que quieres cumplir harás lo necesario para hacerlo. Y en muchas ocasiones tendrás que auto-analizarte para saber en donde has fallado, y en consecuencia buscar otras alternativas que te permitan establecer un plan que sea prometedor y te acerque a cumplir tus objetivos.

La mayoría de seres humanos somos muy impacientes y a la primera en que algo no resulta deciden desistir de su meta, diciendo: "Esto no es para mí", "Lo intente y no resulto" o "Tal vez no tengo posibilidades y solo estoy perdiendo mi tiempo". ¡Pues no! No debes pensar así, y mucho menos solo intentarlo, lo que debes hacer es:

"Animarte, Creer en ti y Hacerlo"

Muchos se rinden antes de empezar, otros se rinden en el camino al ver que las cosas no resultan como lo esperan y unos pocos son los que tienen ese deseo ardiente de lograr todo lo que se proponen. Estos últimos tienen una motivación tan grande que arde y palpita en todo su ser, ellos no tienen miedo a equivocarse, a cambiar de estrategia, a aprender de sus deficiencias, a escuchar y aprender de otros. Ellos están dispuestos a todo con tal de lograr sus metas y sueños.

Somos seres muy emocionales que si no tenemos el control necesario, podríamos vivir ahogándonos en un torrente de emociones que nos destruirían paulatinamente, haciéndonos perder el norte y la voluntad para hacer lo que queremos. A veces cambiar el plan no solo significará utilizar estrategias, métodos o hábitos diferentes, también involucrará cambiar de mentalidad, actitud y pensamientos. Porque algo es seguro, que si te propones una meta teniendo en mente pensamientos como: "Lo voy a intentar a ver que resulta" o "No creo ser capaz pero lo intentaré"; entonces estarás condicionándote para no darlo todo por tu meta.

Por esa razón, siempre que quieras hacer algo, lograr un objetivo, cumplir una meta o alcanzar un sueño; mantén una actitud positiva, una mentalidad receptiva y pensamientos que alimenten tu llama de motivación. En este caso, muchas personas utilizan la visualización, se ven logrando la meta, imaginando como se sentirían en ese momento y cada vez con más detalles. De tal manera, que poco a poco se convierta en un veredicto y tus acciones comienzan a ser influenciadas por esa convicción y te lleven a considerar nuevos panoramas para poder lograr lo que deseas.

¡No cambies la meta si algo no sucede como lo esperas! si un problema aparece ante ti y te impide lograr tus objetivos, recuerda lo que te motiva, recuerda ese deseo que tienes por lograrlo. Entonces cuando compares tu deseo y el problema, te darás cuenta que el problema o el obstáculo es muy pequeño comparado con tu deseo de lograr la meta. Y esto te llevará a cambiar el plan y no la meta.