Muchas veces crecemos con miedo a los monstruos, a la oscuridad, a lo sobrenatural, con muchos miedos, pero siempre tenemos a nuestros padres que nos van enseñando a que no es verdadero. ¿O si lo es?.

A veces lo que no creemos verdadero lo es, solo que está oculto, o esperando el momento indicado a manifestarse.

Esta experiencia le paso a una chica llamada Britney quien tan solo tenía 13 años, cuando su padre y ella se mudaron a la vieja casa de sus abuelos, cuales fallecieron ahí por un infarto doble. Llegaron ahí ya que su padre tenía unas cosas que hacer en su ciudad natal, y no podía pagar un apartamento lujoso ya que su padre estaba un poco corto de dinero ya que su empresa estaba pasado por una crisis económica temporal.

Desde que ella llego a la casa de sus abuelos tuvo un presentimiento de que alguien la observaba, su padre también lo presentía en ciertos momentos pero no le presto mucha atención, pensaba que era por los nervios de perder su empresa por la que tanto había trabajado, por eso no le presto mucha atención hasta que, una noche el perro de su hija no los dejo dormir por los ladridos, se levantaron a ver que estaba pasando, cuando se dieron cuenta de que el perro le estaba ladrando a una pared que parecía estar un poco deteriorada. Así que el no vio nada extraño y prefirió sacarlo al patio, para así poder dormir plácidamente.

Los Días parecían no mejorar, la empresa no estaba bien, y Britney tenía muchas pesadillas con el accidente en el que su madre había sufrido cuando ella era más pequeña.

Su padre tuvo que viajar al otro lado del mundo por cuestiones de negocio y ella se quedó sola que casa con su perrito. Los días pasaban y su padre no volvía y ella estaba aterrada ya que en su casa se movían cosas, y ella veía muchas sombras, y escuchar voces mientras dormía, así que decidió dormir con su perrito en su cuarto cada noche que sentía miedo solo metía su mano debajo de la cama a confirmar que su perrito estaba con ella este le lamia su mano. Así ella continuaba durmiendo cómodamente.

Pero un día su perro ladro mucho toda la noche, pero ella tenía tanto miedo que no se atrevió a salir de su cama. A altas hora de la noche metió la mano bajo su cama a chequear si su perrito estaba abajo, al sentir que le lamieron la palma de su mano ella continuo durmiendo hasta que a la mañana siguiente el sonido de el teléfono de la sala sonando ella bajo corriendo, al atender el teléfono vio que era su padre avisándole que él iba a llegar en unos minutos a su casa que no se preocupara, cuando la niña se sorprendió por un olor estupefacto que se desprendía de la habitación de lavandería donde estaba la puerta trasera que se dirigía al patio, corto la llamada, y se dirigió lentamente a la lavandería.

La siguiente imagen la dejo helada…. Mientras le recorrió un escalofrió por la espina dorsal; ella empezó a gritar y llorar desconsoladamente ya que su perrito, quien la había acompañado tanto tiempo estaba tirado en el piso masacrado con un charco de sangre a su lado tenía mordida por todos lados y sus órganos dispersados por todo el piso una escena desagradable. Su padre llegaba a casa en ese momento. Los dos decidieron salir rápidamente de ahí, y nunca volvieron. Nadie creyó su experiencia traumática.