La premonición de Sofía

in WORLD OF XPILAR4 years ago


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La premonición de Sofía


Sonó el despertador y ya Sofía estaba despierta. En la madrugada sintió a alguien en el cuarto, por lo que abrió los ojos y encendió la luz y desde ese momento no pudo conciliar el sueño. A penas eran las cuatro de la madrugada, pero ella estaba inquieta, como sofocada. Una cosa rara en el cuerpo la hizo persignarse y orarle a Dios, aunque no era muy amiga de rezos. Ella sabía que aquellos estremecimientos, aquella pesadez en el pecho, eran motivo de alerta: cuando tenía una corazonada, un pálpito, generalmente se cumplía. "¡Ay, señor, protege a los míos!", pensó en voz alta.

Desde hacía un año, Sofía vivía sola en casa. Tenía tres años de divorciada y sus hijos habían tenido que irse del país. El divorcio no le produjo dolor, pero sí un alivio al no tener que aguantar más infidelidades de Juancho, su marido por más de 20 años, y porque ahora tenía más tiempo para ella. En cambio la ida de sus hijos, eso sí la había llevado por la calle de la amargura y tristeza. Ni el pensamiento de que ahora sus hijos tenían una vida mejor, había logrado que ella, cada vez que se comunicaba con ellos, sintiera el corazón arrugadito y aporreado. Así que cuando se despertó y sintió aquella cosa mala, tuvo la urgencia y la necesidad de llamar a sus hijos.

Fátima estaba bien. Se asustó cuando vio la cara de su mamá tan temprano en el celular. La mamá le dijo que tenía uno de esos presentimientos que eran infalibles. La hija intentó calmarla, le hizo un chiste y le restó importancia. Cuando Sofía colgó, luego de cerciorarse de que su hija estuviera bien y decirle que tuviera cuidado, llamó a su hijo Eduardo. Fue ella, ahora, la que se asustó al ver las ojeras de su hijo de 22 años, inmediatamente pensó que allí estaba la causa del dolor extraño en su pecho. Pero no. Eduardo le dijo que aquella cara se debía a la noche de farra que había tenido el día anterior. Trató de calmarla con palabras bonitas, dulces y comprensivas. Eduardo siempre había sido, a diferencia de Fátima quien había sacado el carácter tosco de su padre, muy querendón con su madre.

_Ay, señor, qué cosa más mala estoy sintiendo, dijo Sofía en voz alta luego de hablar por teléfono con el último familiar cercano. Era imposible que sus presentimientos fallaran. Siempre había tenido fama de “oler” con anticipación algunas cosas; su olfato, su instinto, decían que algo malo estaba por suceder. "¡Ay, Dios, protege a mis hijos!", volvió a decir como en un eco y se fue a la cocina. Allí tomó el cuchillo afilado, la tabla de picar y un trozo de carne. El dolor fuerte en el pecho la hizo tambalear, luego doblarse. Su mano derecha agarró con fuerza el pecho, la otra intentó detener la caída, pero fue inútil y cayó. En el piso, sola, con los ojos abiertos, blancos al cielo, Sofía supo de qué se trataba su premonición.


HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS

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 4 years ago 

Excelente historia amiga @nancybriti.

Hay quienes tienen ese don de sentir las cosas que van a suceder, aunque muchos no entienden las señales.

 4 years ago 

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