En aquel punto del ancho y hasta ahora despejado camino nos detuvimos y bajamos del vehículo. De pie apreciamos a la distancia la imprecisa línea del horizonte hacia el cual todo parecía conducirnos. Hasta el gris del asfalto se bañó del reflejo azul.

El amor pareció pintarlo todo después de la gruesa y prolongada lluvia que barrió toda la contaminación. Algunos verdes, aún pequeños se estiraban para reforzar los límites visuales del amplio camino, que así se convertía en un túnel abierto hacia la promesa de un futuro entre el Azul y la Luz, a una distancia que estábamos dispuestos a vencer.

Oteamos más allá, nos miramos, nos tomamos de la mano, miramos a nuestros pequeños y nos pusimos en movimiento otra vez. Hacía mucho rato que no se observaba vida humana alguna, sólo el horizonte, la vía que se confundía con él y el techo azul. Pero la soledad no pesaba, tal vez por la alegría que iba careciendo en nosotros.

Más adelante se avizoraba una bifurcación, el agua cubría el suelo, que ya en los laterales servían de espejo a los erguidos verdes y alzaban algunos obstáculos. Pronto tendríamos que seguir a pie, probablemente... Pero seguimos animosos y confiados. Ni siquiera los niños han hablado de hambre o sed, a pesar de las muchas horas que han pasado.

At that point of the width and until now clear path we stopped and got out of the vehicle. Standing in the distance we appreciate the imprecise line of the horizon towards which everything seemed to lead us. Even the gray of the asphalt was bathed in the blue reflection.

Love seemed to paint everything after the thick and prolonged rain that swept away all the contamination. Some greens, still small, were stretched to reinforce the visual limits of the wide path, which thus became an open tunnel towards the promise of a future between Blue and Light, at a distance that we were willing to overcome.

We look further, we look at each other, we hold hands, we look at our little ones and we start moving again. It had been a long time since any human life had been observed, only the horizon, the road that was confused with it and the blue roof. But loneliness did not weigh, perhaps because of the joy that was lacking in us.

Later a fork was seen, the water covered the ground, which already on the sides served as a mirror for the upright greens and raised some obstacles. Soon we would have to continue on foot, probably ... But we are still courageous and confident. Not even the children have spoken of hunger or thirst, despite the many hours that have passed.