Por supuesto, una celebración nos alegra; una despedida, nos entristece; pero constituyen una especie de sube y baja que si soy feliz mantendrá el equilibrio emocional y me permitirá transmitirlo a los demás.

La búsqueda de la felicidad se orienta hacia un camino interior, los eventos, los objetivos, las personas, funcionan como demostradores de la felicidad. Es decir, no soy feliz porque me gradué, me casé o me gané la lotería, tampoco porque mi pareja esté a mi lado. La felicidad es algo más profundo que me permite disfrutar sin sombras esos hechos, esos sentimientos, las personas que quiero. Al ser feliz mostraré mi felicidad cuando logro mis objetivos y cuando estoy con las personas que amo y cuando disfruto de cosas que me gustan.

Los niños olvidan rápido los malos ratos o el llanto. Se secan una lágrima y muestran una sonrisa. Son felices. Muchos niños lo son, por eso se les escucha reír con facilidad. Otros muestran rostros hostiles y sus risas sólo acompañan momentos agradables, para luego desaparer. Pienso que el estado emocional natural de los niños es la felicidad, pero... para algunos niños esa línea natural se la rompió la vida, por eso su felicidad estará amarrada al disfrute de un helado o a una caricia. Como en muchos adultos, desaparecido el estímulo positivo, se borra la sonrisa que depende de él

Aprendí a ser feliz, es algo que va más allá de "pelar los dientes", mostrando una sonrisa, presentando una careta para una selfy. La felicidad se aprende y se construye. La felicidad se disfruta.

Mi invitación @naylet @lisfabian @sacra97 @mafalda2018 para que nos regalen sus criterios sobre la felicidad. Un abrazo en la distancia, lleno de felicidad.