La naturaleza es muy generosa, constantemente nos obsequia mucho de su colorido y también de sus frutos.

Hoy quiero hablarles un poco de la espinaca, un vegetal maravilloso y muy nutritivo que nos regala esa naturaleza que muchas veces golpeamos sin piedad y no cuidamos para generaciones futuras.

Salimos en estos días mi hijo y yo, de compras para reposición de algunos alimentos, entre ellos vegetales. Me habló de que quería comer espinacas, él está dedicado a implementar y reforzar para los dos, hábitos sanos en la casa. La vimos en el supermercado, quizás algo costosa (como todo en Venezuela), pero decidí comprarla.

Cuando me nombran la palabra espinaca, la asocio con fuerza, de esa que le daba cuando aquel personaje de comics , Popeye El Marino, las comía y enseguida su cuerpo se ponía musculoso. Nuestras madres nos decían "come la espinaca y serás tan fuerte como Popeye", que tiempos tan bonitos definitivamente.

La espinaca es una planta que puede ser cultivada durante cualquier mes del año. Sus hojas son comestibles bajo la forma cocida, frita o simplemente cruda. Su nombre científico es Spinacia oleracea y tiene muchos beneficios nutritivos y para la salud.

Es un vegetal rico en fibras, por lo cual su consumo ayuda y favorece la digestión y evita el estreñimiento, siendo sus tallos principalmente, el lugar donde más cantidad de fibra se obtiene de esta generosa planta.

Sin embargo, debe consumirse siempre cuidando el consumo adecuado de agua para de esa forma evitar gases y dolores abdominales por el exceso de fibra ingerida.

También es fuente de proteínas y vitaminas (A, C, E, K y B) y minerales tales como calcio, hierro, fósforo, magnesio, manganeso y ácido fólico, o sea, una super planta. También es fuente de Acidos Grasos (Omega3), que previenen las enfermedades cardiovasculares por su efecto.

Debe ser bien lavada cuando se va a consumir, y si la cocinan, deben colocarla en agua hirviendo y dejarla por tres minutos (blanqueo). Es deliciosa en muchas preparaciones, a mi me encanta cruda en ensalada de tomates y zanahoria rallada, aderezada con sal, aceite y un toque de limón.

Mi hijo preparó un rico revoltillo de espinacas crudas sofritas en mantequilla, ajo en granos y le agregó huevos para completar la preparación.

También pueden prepararse en tortillas u omelettes para desayunos y cenas bien acompañadas, como les muestro en el delicioso plato que me preparó mi hijo, el Chef Gabo.

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