A mi encanta cocinar en un espacio limpio e iluminado. Además, cuando la cocina tiene utensilios antiguos, posiblemente, heredados de la abuela, la inspiración llega rápido y puedo inventar nuevas recetas.

Esta fotografía la hice cuando estaba en Villandry. La gente a veces pasa por alto los detalles de estos lugares pero imagínense que todo está en su lugar, con pan campesino recién horneado, con flores silvestres embelleciendo el lugar, con verduras y frutas recogidas en huerto de la casa,… eso es inspirador!

La iluminación de esta fotografía viene del exterior a través de dos ventanas, es decir, fue realizada con luz natural.

En la novela de Laura Esquivel, “Como agua para chocolate”, la escritora narra la vida de Tita a través de las artes culinarias y convierte sus rectas y platillos en metáforas de emociones y sentimientos. La gastronomía de Tita es muy particular y muchas veces laboriosa; en ella se desarrolla un gran paseo por los meses del año, por las personas que ama y por ingredientes autóctonos mexicanos. Recomiendo la lectura de esta gran novela.

La vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse a donde quiera que fuera, los sabores y olores de la casa materna.

Laura Esquivel – Como agua para chocolate