I Concurso de cuentos de hadas – Cuento de Cenicienta

in WORLD OF XPILAR4 years ago (edited)

Ceniciento


Érase una vez un joven llamado José Alfredo; trabajaba en el depósito de una tienda departamental en el centro de la ciudad. Vivía con su madrasta y dos hermanastros. Le gustaba jugar pingpong e ir los fines de semana en su moto para la playa .


José Alfredo no era un joven buenmozo pero tenía unos ojos color miel que hacían de su mirada un pozo de dulzura y su carácter afable era su mayor atractivo.

Su familia adoptiva lo maltrataba desde que su padre había muerto. José Alfredo se sentía con mucha mala suerte porque su madrastra le había quitado todo el dinero y los bienes que, por herencia, le había dejado su padre. Además, no podía comprobar nada ante las autoridades.

Fuente de la imagen: Pixabay

Sus dos hermanastros Michael y Gary eran chicos terribles. Le jugaban muchas bromas pesadas a José Alfredo y siempre lo hacían quedar mal en el trabajo. ¡Ah! Michael y Gary trabajaban en el mismo lugar de su hermano menor pero ellos laboraban en el departamento de seguridad.

José Alfredo estaba atontado por una morena guapísima que trabajaba como vendedora. Ella se llamaba Cristina y siempre estaba bien vestida y perfumada. Él la miraba desde lejos, le encantaba su sonrisa y sus gestos delicados. Mientras que ella no sabía de su existencia; estaba tan ocupada en atender a los clientes que no se fijaba en el humilde José Alfredo cuando éste llevaba las cajas, con ropas nuevas, para exhibir en las vidrieras de la tienda.

Un viernes por la tarde el gerente general dejó un memorando, en todas las carteleras, para invitar a todo el personal a asistir a una fiesta que tendría lugar el sábado en un famoso club de la ciudad. Más que una invitación era una orden de asistencia de carácter obligatorio, ya que allí se entregarían los reconocimientos a los mejores trabajadores y también serían anunciados los ascensos del personal.

José Alfredo estaba abrumado. No tenía buena ropa para ir a la fiesta y tampoco tenía dinero para comprar ni siquiera una corbata nueva.

Ese mismo viernes por la noche, José Alfredo se fue a un bar, que estaba en el mismo barrio donde vivía, para beberse dos cervezas. Allí se encontró con Peluchín, su gran amigo de la infancia. Hablaron de todo; incluso de la fiesta a la que José Alfredo tendría que ir al día siguiente.

Peluchín, que ese día estaba muy contento porque había cuadrado un buen negocio, le dijo:

-Tú problema está resuelto, mi amigo. Te voy a dar el control de la reja del estacionamiento donde tengo mi mustang negro. La llave del carro la tiene el guardia de seguridad a quien voy a llamar para que te la entregue. Mañana, cuando vayas para tu fiesta, llévate el mustang. Y listo, ¡problema resuelto!

Fuente de la imagen: Pxhere / Gif realizado en Giphy

José Alfredo sabía que su amigo era desprendido con él, le agradeció el gesto pero aún seguía preocupado y Peluchín lo notó.

-Chico, ¿qué pasa?, ¿no estás contento? Vas a ir en tremendo carro.

-Lo del carro está súper pero no tengo un trapo bueno qué ponerme. Contestó José Alfredo.

-Tranquilo pana. Voy a pedirle a mi mujer que te lleve una ropa y te la deje en el carro. Tú tienes casi mi misma talla y yo tengo bastante ropa, dijo Peluchín al tiempo que pedía otras dos cervezas para brindar por el encuentro.

-Esta será la del estribo, dijo José Alfredo sonriente. No sé cómo pagarte este gran favor.

Llegaron las cervezas a la barra y ambos tomaron un trago largo.

-Mira Ceniciento hoy yo soy tu Hado Padrino. Pórtate bien esta noche. Las condiciones son estas: tienes que devolver mi carro antes de las 2 am. El guardia de seguridad te estará esperando. Si no llegas a esa hora llamaremos a la policía para denunciar que me robaste el carro. ¿Has entendido?, dijo Peluchín en tono serio.

José Alfredo quedó mudo durante unos minutos. No sabía qué decir.

Pero te voy a regalar la ropa, prosiguió Peluchín con una sonrisa de oreja a oreja.

Eran las seis de la tarde del sábado y los tres hermanos estaban vestidos para ir a la fiesta en el club. Michael tenía una camisa manga larga de rayas azules y un pantalón blue jeans. Gary tenía una guayabera beige con un pantalón marrón. Mientras que José Alfredo se vistió con una camisa manga corta, que estaba transparente de tanto lavarla, y un pantalón blue jeans.

Tanto Michael como Gary se rieron a carcajadas de José Alfredo, diciéndole: ¿para dónde vas a ir con esos trapos viejos?

Los hermanos mayores salieron de su casa y entraron en un taxi que los llevaría hasta la fiesta. La risa burlesca de ellos se oía aún después de haberse alejado el taxi.

José Alfredo salió caminando, con cierta vacilación, hacia el estacionamiento de su amigo Peluchín. Sacó el control de su bolsillo, lo apuntó hacia la reja y ésta se empezó a abrir. Pasó caminando y en pocos metros estaba la casilla del vigilante. Allí, el hombre de uniforme azul le entregó las llaves del mustang y le indicó donde estaba la puerta del baño.

Fuente de la imagen: Pixabay modificado

José Alfredo agarró las llaves y fue hacia el carro. En el asiento del chófer estaba una bolsa con un pantalón negro y un suéter amarillo marca Polo. También estaba una caja con unos zapatos de vestir.

José Alfredo se cambió la ropa y parecía ser otro hombre. Dicen que el hábito no hace al monje pero cómo ayuda un buen vestuario en el ánimo de la gente, pensó José Alfredo.

Sintiéndose muy bien con su apariencia, José Alfredo manejó hasta el club. Charló con varios compañeros de la tienda hasta que enmudeció cuando miró a la morena de sus sueños.

Decidido a que tenía que hablar con ella, José Alfredo sirvió un coctel y se lo llevó. Cristina quedó encantada con el gesto del agraciado muchacho. Bailaron dos sets seguidos de salsa brava y merengue; el feeling era total entre ellos. José Alfredo flotaba en las nubes.

Se aproximaba la hora en que tenía que entregar el carro entonces las manos le empezaron a sudar. Nervioso pero resuelto le dijo a Cristina que ella le gustaba mucho. Le robó un beso en la boca por unos segundos y salió corriendo. En plena carrera se regresó para invitarla a comer el lunes en el horario del almuerzo. No esperó respuesta.

Michael y Gary que habían visto a José Alfredo y su nuevo atuendo, lo siguieron. Cuando él llegó al carro lo detuvieron y lo querían interrogar pero José Alfredo estaba tan apurado que las palabras no le salían.

Los hermanos le cayeron a golpes a muchacho y se llevaron el automóvil.

José Alfredo entró en pánico. Él conocía el carácter de Peluchín. Entre caminar y correr llegó jadeante al estacionamiento donde tenía que entregar el mustang. Habló con el vigilante y le explicó lo que había ocurrido.

El vigilante, un hombre tosco pero amable, le dijo que ya sabía lo que había pasado.

-El mustang es el bebé consentido del jefe. Teníamos la orden de seguirte para cuidar que nada le pasara al vehículo.

Cuando te golpearon, siguió hablando el hombre, nos avisaron e inmediatamente avisamos a la policía. Quédate tranquilo, yo le digo al jefe que tú cumpliste tu parte. Pareces un buen muchacho, vete para tu casa a descansar.

Esas fueron las palabras del desconocido vigilante. José Alfredo estaba atónito.

Michael y Gary fueron detenidos y apresados, el domingo en la madrugada, por robo de vehículo.

El lunes, José Alfredo no se atrevió a acercarse a Cristina durante las horas de trabajo. Estaba aterrado de que ella lo rechazara. A la hora del almuerzo ella salió de tienda y se le veía muy contenta. Esperó durante una hora en el lugar acordado pero él nunca llegó. Ella almorzó sola y le dio rabia el desplante.

Cuando ella salió del restaurante él la estaba esperando afuera del recinto. Se sentaron en un banco de cemento en el boulevard para conversar.

José Alfredo le contó absolutamente todo. Ella oyó, atentamente, en silencio. Finalmente, cuando él ya no tenía más nada qué decir, Cristina, en tono gentil pero serio, le agradeció que le haya dicho la verdad.

Como ya almorcé, SOLA, ahora puedes brindarme un helado, dijo ella con picardía.

José Alfredo sonrió y le confesó, apenado, que no tenía suficiente dinero ni siquiera para medio helado.

Cristiana lo miró asombrada. Está bien ojitos de miel, hoy te has ganado dos puntos por la sinceridad, dijo.

Entonces, ella le robó un beso por unos segundos y susurró: tu beso es como la zapatilla de cristal de la Cenicienta, la horma es tuya. Rieron.

Empezaron un noviazgo que duró ocho meses y luego se casaron. Colorín colorado Ceniciento ya es papá de Cristinito.

Fin

Fuentes de la imágenes: Pixabay Pareja y Pixabay Corazón / Gif realizado en Giphy

Hola amigos de Steemit. Este cuento es una historia original realizada por mí para versionar el cuento de La Cenicienta y así participar en el concurso que gestiona @nancybriti. Si desean conocer las condiciones para participar en este estupendo Concurso, pueden visitar el siguiente enlace I Concurso de cuentos de hadas // I Fairytale Competition.

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Gracias por leer. Bienvenidos sus comentarios.
¡Saludos infinitos!


Cuento/Story @marcybetancourt
© Jul 2020, Marcy Betancourt. All rights reserved

Sort:  

Jajajaja. En esta época en la que se busca empoderar a la mujer, me gusta que hayas cambiado los roles de los personajes y hayas hecho una versión más actualizada. Quién dijo que los amigos no pueden ser nuestra hada madrina contemporánea? Muchas gracias por tu participación, querida mía! Suerte

¡Saludos! Excelente concurso para hacer volar a la imaginación.

 4 years ago 

Congratulations, your post has been upvoted by @dsc-r2cornell, which is the curating account for @R2cornell's Discord Community.

Curated by @blessed-girl

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Enhorabuena, su "post" ha sido "up-voted" por @dsc-r2cornell, que es la "cuenta curating" de la Comunidad de la Discordia de @R2cornell.

Agradecida por el apoyo para esta publicación. Espero que muchos usuarios lean esta divertida versión de Cenicienta. Saludos @blessed-girl y @dsc-r2cornell.

jajaja, muy bueno tu cuento, Ceniciento...
me has hecho reír e imaginar que se le espichaba un caucho y llegaba todo lleno de hollín a la fiesta...

jajajajajaja pensé varias cosas pero tenía que darle un castigo a los malos. Y darle algo de tranquilidad y amor al Ceniciento.
Gracias @graciaelaacevedo por amable lectura. Un abrazo

Jajaja, bueno, bueno. ¿Cuántos cenicientos habrá en la actualidad? Me gusto tu cuento. ¡Suerte!

Gracias @artemacarre por la lectura y el comentario. Deben haber cientos de Cenicientos! jajajajaja

Very nice story Marcy! Thank you so much for participating!

Very nice story
Marcy! Thank you so much for
Participating!

                 - steemingcurators


I'm a bot. I detect haiku.

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Guao!!! Gracias por este gran apoyo @steemcurator02 . Su acompañamiento es sensacional! Saludos infinitos @steemingcurators.

Qué buena versión hiciste de la Cenicienta, @marcybetancourt, me encantó. Muy original. Muy bien escrita, y me fascino tu simpático Ceniciento. Suerte en el concurso.

jajajaja Gracias @sayury por tu lindo comentario y por los buenos deseos. Saludos!

Muy buenos giros, @marcybetancourt! Lo disfruté y me diverti. Un abrazote.

Gracias @adncabrera por la apreciación. Supongo que te habrás reído con el final. Gran abrazo!

Te faltó decir que bailaron salsa brava en el Bar Madrid, jajaja. Muy simpático tu texto. Suerte, amiga.

jajajaja eres terrible...

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