"Creando Historias Semana #11": La historia de Flor

Hace aproximadamente 8 años a las 7am escuche a mis perros ladrar sin parar como si estuvieran avisando ante una amenaza, salí corriendo para saber a qué le estaban ladrando y cuando veo, resulta que había un loro en el suelo intentando volar pero no podía, así que decidí agarrarlo y observe que una de sus alas estaba lastimada, lo primero que se me vino a la mente era llevar para que la curaran.

En ese tiempo estudiaba en la universidad y ahí había un hospital veterinario, tome el lorito y fui para que lo revisara, el médico veterinario que me atendió me dijo que posiblemente sufrió un desgarro en el ala izquierda lo cual le impedía volar, comenzó a chequearlo por suerte no había hemorragia, en todo momento el lorito no hacía nada por atacar se dejó revisar tranquilamente, hasta permitió que el medico lo vendara.


Luego el médico me indico que debía llevársela, una vez a la semana para cambiar el vendaje, además debía comprarle un complejo vitamínico vía oral para agregarle en el agua de bebida y también debía tener una jaula para facilitar el proceso de recuperación, por tal motivo hice una jaula artesanal, ya que, en casa no teníamos aves porque tenemos el pensamiento de que las aves debe ser libre y no estar confinadas a una jaula.

Como se me dificultaba cada momento llevar la ave hasta el hospital veterinario, decidimos contratar un médico veterinario que fuera hasta la casa y la revisara, se encargó de cambiar el vendaje cada semana y pasado 6 semana se lo retiro, no recomendó que esperamos un días para luego liberarla. Ya cumplido el plazo de lo que nos recomendó el médico veterinario abrimos las jaulas y le colocamos más comida en un platico afuera de la jaula para motivarla a salir y resulta que caminaba por la jaula hasta la puerta de la jaula y de ahí comía, evitando salir.


Llamamos al médico y le contamos que el loro no quería salir, nos dijo que pasara al día siguiente y que él se encargaría de agarrarlo con cuidado y soltarlo ahí mismo en la casa para que fuera libre, el resultado no fue lo esperado, no salió volando. El medico nos dijo que quizás cuando lo conseguimos herido, ese día habría perdido su pareja y como son una especie Monógamos (es decir macho y hembra son pareja para toda la vida), eso quizás afectaría ese comportamiento para ser libre. Al pasar los meses compramos una jaula más grande para que sintiera un poco más de comodidad y acostumbramos a dejarle la jaula abierta por si en algún momento, decidiera irse.


Luego de 8 años de estar con nosotros, ya debía tener nombre así que le colocamos Flor porque el veterinario nos dijo que era hembra, era o es una lora muy simpática, no hablaba pero le encantaba silbar y bañarse cuando le colocábamos la manguera. Hace 10 meses atrás me desperté y salía al patio, observe la jaula y estaba vacía, mi papa que se había levantada más temprano me dijo que la vio irse, al fin Flor decidió ser libre y comenzar una nueva vida.

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Fotos de mi autoría.

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