Una civilización muy desarrollada que por un gran tiempo logró vivir en total armonía con lo natural, que podríamos decir incluso formaba parte de ella. Aprendieron a hacer un uso óptimo de los recursos, no contaminaban, no malgastaban nada, había un respeto absoluto por ese mundo que los sustentaba y les proveía.

Fue así que siguieron evolucionando, los fundadores de todo siempre mantuvieron esos principios de no dañar la naturaleza, por mucho avance que lograran tendrían el respeto como base, pero pasaron los años y ya esos fundadores no estaban, la vida se les terminó y pasaron a formar parte de lo natural de otra manera, de una forma en la que no podían velar por ella.

Llegaron nuevas generaciones, que no entendían por completo los conceptos de equilibrio, no podía ver la importancia que tenía la naturaleza para su subsistencia porque todo lo tenía muy fácil, y en ese momento empezaron a ocupar personas como estas, que no podían valorar de la misma manera que los fundadores de la ciudad, no visualizaban que no se trataba de que la naturaleza debía servirles sino que era un asunto de servirse de manera recíproca.

Y fue aquí, bajo estas nuevas premisas que el daño hacia lo externo comenzó, por primera vez en siglos los ríos fueron contaminados, el aire, por mucho que trabajaran los árboles por purificarlo no lo lograban, las tierras poco a poco, por falta de cuidado dejaron de ser fértiles, y con el paso de las décadas empezó el caos.

_{Cortesía de @xpilar / Fuente}

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