Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #16". “La casa en peligro"

      El meteorito le dio por la frente y enseguida se vino en sangre, y enseguida corrió a decirle a la mamá que la casa estaba en peligro, pero la mamá no lo escuchó porque corrió con él desde la biblioteca hasta el hospital. El médico vio la contundencia del golpe, la emergencia ameritaba placa, rayos x y demás estudios.

      El muchacho le repetía a su mamá que la casa estaba en peligro, que fuera a salvarla mientras el médico lo atendía, y como la mamá se apartó a hablar con el médico, el muchacho salió corriendo, atravesó la avenida más peligrosa, cruzó un bosque solitario y llegó a la tienda del papá.

      El papá se extrañó porque el muchacho traía pegado algo rojo en la frente que bajaba por el rostro, pasaba por el cuello, atravesaba la barriga, seguía en las piernas, hasta alargarse y perderse al doblar la esquina. Cuando el papá vio que era una raya de sangre, corrió con él sin escuchar que el muchacho decía que la casa estaba en peligro, que fueran rápido, pero llegaron corriendo fue a la policía; el papá quería denunciar la frente partida del hijo.

El muchacho estaba llorando porque nadie quería ir a salvar su casa y en un descuido de los policías volvió a correr, volvió a atravesar el bosque solitario, la peligrosa avenida y volvió a hacer la raya roja desde su frente; la misma raya que había hecho anteriormente, la que siguió la mamá desde el hospital hasta la tienda del papá y luego hasta la policía; la raya que siguieron todos cuando se juntaron hasta llegar donde terminaba, en la casa.

      La casa estaba botando meteoritos por la abertura del techo, por las ventanas, en cualquier momento se desplomaría con el muchacho dentro porque la raya de sangre atravesaba la puerta y seguía.

      A la casa llegaron los del hospital, los de la policía, los vecindarios más distantes y los más cercanos, que fueron los últimos en ver la raya. También llegó el ejército, la prensa, la iglesia; todos llegaron porque siguieron la raya, pero ninguno sabía qué hacer porque la casa se había convertido en una bomba de tiempo, en cualquier momento se iría de lado o de frente o de todo a la vez y bañaría al vecindario de meteoritos, inundaría a la ciudad con una lluvia de rocas, se veían tantos que al explotar saldrían disparados por toda la tierra, había que detener a aquella casa, pero la mamá no quiso que le dispararan porque dentro estaba el hijo; el papá pedía que no mataran la casa porque su casa también era su país, porque su país también era la Tierra y porque esta su Vía Láctea, decía que no podían matarlo todo así, con puro disparo y solo porque no sabían qué más hacer.

      Pero el ejército no escuchaba, estaban temblando porque esa casa era la amenaza que los exterminaría, esa casa era el fin del mundo y ya estaban listos para hacer de gatillos cuando alguien se asomó y vio desde la ventana que el muchacho estaba borrando con desesperación un escrito, que subía y bajaba por la página con el borrador para eliminar aquellas pelotas de fuego que oscurecían el cuaderno, que estaba debajo de la mesa y se había puesto su casco de juguete para que otro meteorito no le terminara de partir la frente.

      Cuando por fin abrieron la puerta, los meteoritos empezaron a salir, algunos por su cuenta, otros, ayudados. Cuando los sacaron a todos; salvaron al planeta. Cuando le preguntaron al muchacho por qué se había puesto en peligro, estaba llorando, pidió que no lo castigaran, que él solo quería salvar la casa para que sus papás tuvieran dónde volver a comenzar a quererse, que él no volvería a molestarse de esa manera.

      Sin duda este es un concurso que a más de uno emocionará porque la idea de la destrucción de la Tierra por algún meteorito está sembrada en nosotros. Invito a participar y agradezco la iniciativa de @adeljose y @xpilar por abrir estos espacios para publicar.