VIGÉSIMO SEGUNDO CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA !! / TWENTY-SECOND WRITING AND PAINTING CONTEST !! / #WORLD OF XPILAR

La tribu Peludi vive alejada de la civilización, en lo más recóndito del Amazonas. Ellos se levantan juntos con el sol y salen rumbo a sus parcelas (chacras). Si en el camino se encuentran con otros miembros, de inmediato se saludan deseándole todo lo mejor a su compañero.

Antes de llegar a sus parcelas, toman sus "peque peque" (vehículo similar al bote) y reman. Petunia, es el miembro más joven de la tribu. Durante el camino, ella mira un momento al cielo y recuerdan la vez cuando salvaron a unos pequeños delfines rosados, quienes estaban siendo capturados por el tráfico ilícito de animales. Pero gracias a la coordinación interna de la Tribu, los delfines ahora viven en una zona de reserva natural donde los fines de semana son visitados por los turistas.

El camino aún continúa, y a Petunia se le viene a la cabeza los cambios que hubo en la tribu desde el encuentro con los delfines. Gracias a ellos, empezó a ser conocida la tribu, ya que la zona donde viven es hábitat natural de los delfines rosados, animales en peligro de extinción. Además, contaron con el apoyo de distintas ONGs, quienes les apoyaron en la obtención de la titulación de sus tierras, la construcción de viviendas y hospedajes rústicos, paneles solares y un enorme almacén (acondicionado para el acopio de sus cosechas) cercano a sus parcelas.

Mediante el sonido de un pájaro, Petunia sale de sus pensamientos y observa las parcelas cada vez más cerca. Al llegar allí, se dirige al comedor y saca de su bolso algunas reservas de alimento (pescado deshidratado, canchita tostada, hojuelas de yuca deshidratada y una botella de café). Una vez con energía, ella se dirige a su parcela.

Se viene la cosecha de plátano y todos los habitantes de la tribu se organizan para ese evento, siendo este su cultivo principal. Ellos calendarizan las labores agrícolas de acuerdo a la demanda de mercado, festividades y autoconsumo. Cada año cuando baja el caudal del río, ellos aprovechan los nutrientes que trajo el río en las temporadas altas y siembran plantas con ciclo de vida corto como las hortalizas. Si hay un exceso de cosecha, entonces llevan sus productos a las ciudades. Poco a poco, están abriendo distintos mercados, estos últimos años los cultivos exóticos están siendo muy apreciados por los consumidores nacionales, por lo que Petunia se siente muy alegre y sabe que las labores que realiza desde su parcela está dando frutos.